Creo que las preguntas que se
hace Nikita
desde la más absoluta perplejidad (qué problema hemos tenido: ¿Inmadurez?,
¿poca inteligencia?, ¿inocencia?, ¿algún tipo de rectitud insana? [...]
para aceptar, aprobar, vivir una serie de mentiras, incorrecciones y medias
verdades), tienen una respuesta clara: nos hicieron actuar con el
convencimiento de que todo era voluntad de Dios. Nos engañaron Nikita, nos
engañaron. Por eso pienso que lo nuestro fue buena voluntad, quisimos hacer lo
que nos hicieron creer que Dios nos pedía. El problema no estuvo en nosotros
sino en los que abusaron del nombre de Dios para sacar adelante la obra de
Escrivá.
Es difícil sustraerse al
bombardeo de medios de formación y de la dirección espiritual, encaminados a
hacerte creer que todo lo que vives es la voluntad de Dios para ti. Encaminados
a hacerte renunciar a tu personalidad, e implantar en ti una personalidad
prefabricada para que, como hormiga obrera, sirvas a la reina y saques el
hormiguero adelante. Te hacen perder tu libertad en aras de un proyecto que
difícilmente puede atribuirse a Dios por sus frutos, ausentes de caridad y
carcomidos de sectarismo.
Qué diferente sería si esa
dirección espiritual y esos medios de formación se utilizaran de otra forma. Si
hubiera la buena voluntad de utilizarlos menos para Escrivá y su doctrina
absolutista y más para Jesucristo y la suya, sin manipularla de forma sectaria.
Levantisco