En
el video que se ve y se escucha en la página web de la Oficina de Información
del Opus Dei con motivo de la noticia del lugar y fecha de la próxima
beatificación de Álvaro del Portillo (Madrid, 27 de septiembre de 2014), se
afirma en el minuto 1,14 que “desde 1982 fue elegido obispo-prelado”
de la recién erigida prelatura personal del Opus Dei.
Pues
bien, esa afirmación es incorrecta por dos motivos. Primero, porque en 1982 don
Álvaro aún no era obispo, sino presbítero; su ordenación episcopal tuvo lugar
el 6 de enero de 1991. Y segundo, porque el título “obispo-prelado del Opus
Dei” no expresa la realidad jurídica de las prelaturas personales, las cuales
no tienen necesariamente que estar gobernadas por un obispo, ya que un
sacerdote de la misma puede ser su prelado sin necesidad de que sea ordenado
obispo; el mismo don Álvaro, sin ir más lejos, estuvo al frente de la prelatura
del Opus, siendo presbítero, desde noviembre de 1982 hasta el 6 de enero de
1991, fecha en que recibió la ordenación episcopal. A partir de esa fecha,
Portillo siguió siendo prelado del Opus Dei y además empezó a ser obispo
titular de Vita, es decir, no fue “obispo-prelado del Opus Dei”. A día de hoy,
don Javier Echevarría es, desde el 20 de abril de 1994, prelado del Opus Dei y,
desde el 6 de enero de 1995, obispo titular de Cilibia, es decir, no es
“obispo-prelado del Opus Dei”.
Téngase
también en cuenta que el prelado del Opus Dei, según establecen los Estatutos,
es elegido por los miembros electores del Opus. Los respectivos nombramientos
de obispo de Portillo y de Echevarría fueron sendas decisiones del Papa Juan
Pablo II. Ha de quedar claro que no el obispo del Opus Dei, sino el prelado del
Opus Dei es elegido por los miembros electores de la prelatura. Decir que estos
“eligen a su obispo-prelado” es falso.
A
veces soñamos en Opuslibros imaginando que puede haber cambios en el
funcionamiento interno de la Obra de Escrivá. Al menos a día de hoy, veo
imposible ese deseo. Los directores del Opus, aun siendo los primeros en saber
que el concepto de “obispo-prelado del Opus Dei” no existe, lo divulgan para
crear confusión entre los suyos y los ajenos, pues pretenden dar a entender
falazmente que una prelatura personal es equiparable a una diócesis. Personas
que engañan así –¡y este engaño se da, para colmo, en el contexto de una
beatificación!– no son capaces de impulsar una reforma sincera de su
institución porque carecen de amor a la verdad.
Josef
Knecht