A propósito del evento que se llevará a cabo el 27 de
septiembre en Madrid, para exaltar la persona de Del Portillo y la institución
que este hombre representó, me sorprende como subrayan tanto el Prelado como
los comunicados oficiales, el hecho de que el presidente de dicha
ceremonia sea el Prefecto de la Congregación y no el mismo Papa, así como la elección
del lugar: Madrid en lugar de Roma. Como queriendo disculparse con los
desilusionados devotos de Del Portillo, que seguramente esperaban más
parafernalia y boato mundano, aluden al decreto de la congregación firmado bajo
el pontificado de Benedicto XVI. (Quien gracias a Dios "le hizo la chamba"
a Francisco y nos ahorró el trago amargo a los que conocemos bien el opus).
Curiosamente, el último punto del decreto dice a la
letra: A petición de los obispos y de los
promotores de la causa, teniendo en cuenta el parecer de la Secretaría de
Estado, el rito de beatificación podrá realizarse en Roma. Ya se ve que aquí
no hubo consenso y tuvieron que conformarse con Madrid: ¡Bien por el
Papa Francisco!
Por otra parte, me he dado cuenta de la "iniciativa"
de la construcción
del complejo urbanístico en Tierra Santa por parte del opus, y me
pregunto si esto tiene algo que ver con el Espíritu (motivación interior) de
quien peregrina a estos lugares buscando al Jesús histórico, a Jesús el hijo
del Carpintero, al Jesús que va en busca de los marginados, al Jesús que nunca quiso
pisar una ciudad rica de su tiempo como lo era Tiberiades. Dudo que Jesús
hubiese pisado siquiera un lugar como el que están proyectando. Yo creo que se sentiría
muy incomodo viendo los excesos "de amor" en los ornamentos y
oratorios, la servidumbre, los aperitivos de fiesta A, el espíritu de
autocomplacencia y de católicos de primera categoría... y el olvido de los
suyos, de los más pobres. Se sentiría tan incomodo como se sienten de hecho
muchas personas al pisar un centro del opus.
Seguro que Del Portillo estará en la gloria de Dios, como
lo estarán mis abuelos, muchos amigos y tantas personas desconocidas para el
mundo. Más aún, ¡espero que el infierno este vacío! Pero de eso a decir que es
ejemplo y hay que ponerlo "a fuerzas" en el canon… Cuando justo lo
que necesita la Iglesia ya no es de pastores burocráticos, roedores de pasillos
vaticanos, que habitan en sus palacios mientras su gente suda para ganarse el
pan cotidiano y mantener esos lujos nada evangélicos. Necesitamos que salgan a
la luz pastores al estilo Jesucristo y no solo porque algunos digan: "es que...
trasmitía tanta paz, era tan rezador, fidelísimo hijo de no sé que otro
personaje".....
En fin, triste historia va tejiéndose ahora en la
Iglesia, aunque estoy seguro de que Dios no dejará de suscitar hombres y
mujeres que no tengan miedo a arriesgar su "estatus" para vivir SU
Evangelio!
Ignaki