El 29 de noviembre escribí
en Opuslibros acerca de la Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium del papa Francisco. He buscado información acerca de ese
escrito papal que cita muchísimo el documento de Aparecida
(Brasil). En este tema me he encontrado en internet con Cipriani, cardenal
peruano numerario, que es el clérigo de mayor rango eclesial que tiene ahora
mismo el Opus Dei...
En la reunión de los obispos latinoamericanos en Aparecida (Brasil), del año 2007, hubo dos tendencias que resume el titular: "En Aparecida, gana Bergoglio (Jesuitas) y pierde Cipriani (Opus Dei)". Y continúa el artículo: "El clima fue también, según Pérez-Cotapos “fraterno, sencillo, de comunión profunda y de apertura. Con algunos momento puntuales de tensión. Especialmente, cuando los muy conservadores se sintieron atropellados por la mayoría y algunos, como el cardenal Cipriani de Lima, abandonaron la asamblea”. Y es que, como cuenta Víctor Manuel (Fernández), “en el fragor de las discusiones sobre la opción por los pobres, el cardenal Cipriani decía: ‘¡Dale con los pobres, dale con los pobres! ¿Vamos a salir de aquí para hacer comedores por todas partes?”. Pérez-Cotapos asegura que “las figuras menos favorecidas fueron aquellos poquísimos de orientación muy conservadora, que fueron a dar una guerra santa, sin percatarse del clima de comunión eclesial imperante. Ellos mismos se sintieron derrotados”.
“De los 130 obispos con derecho a voto, 127 votaron a favor del documento final de Aparecida (redactado por el actual papa Francisco), 2 obispos votaron en contra y 1 en blanco. La revista Caretas afirma: "es conocido que el cardenal (Cipriani) y el arzobispo de Piura... fueron los únicos prelados que no firmaron el documento de Aparecida (Brasil) en el 2007 por su énfasis en los menos favorecidos".
En una entrevista de 1994, contestando al periodista acerca de las posibles violaciones de los derechos humanos, Cipriani decía que “en un contexto violento como el de Ayacucho, las muertes, desapariciones, y abusos son parte del enfrentamiento de la guerra. Los defensores de los derechos humanos, le llamaron 'guerra sucia'. Yo creo que la Fuerza Armada, tuvo que utilizar mecanismos para conocer cómo y dónde ocurrían estos asuntos. Y cuando utilizaron esos medios, naturalmente hubo muertos de un lado y otro".
Se lee en el servicio informativo Datum:”Quien parece ser el Millán Astray peruano afirma que “cuando era chico respetábamos más; pero hoy cualquier ‘Chilindrina’ quiere explicarnos el mundo. En los tiempos actuales se duda de todo, y algunas autoridades creen que se puede programar a Dios a su antojo. Que jueguen porque hay vida eterna, ahí nos veremos, ¿para qué vamos a discutir?”.
Hay una práctica unanimidad entre las personas e instituciones condenando su estilo y su proceder, incluso con palabras muy fuertes y no sólo entre los que ha represaliado, que son muchos.
Me parece que este clérigo ideologizado e insensible no huele a oveja, sino a otros olores nada evangélicos, por mucho que él defienda a capa y espada al opus en sus declaraciones públicas. Lo increíble es que después de tantos años en el opus continúe teniendo unas extremadas limitaciones psicológicas y un corazón tan duro hacia los necesitados. Seguro que falla la persona (¿fallaba de siempre o falla precisamente porque se ha endurecido en el opus?), pero con más seguridad falla la institución que no ha sabido humanizarlo y, menos aún, espiritualizarlo, aunque sea cardenal. Es obvio que hay miembros del opus que se transforman en positivo porque tienen buena materia prima, pero no sé si el opus, con las taras institucionales que tiene como tal, es capaz de trasformar en positivo por la mera acción institucional.
Quizás en sus aposentos palaciegos Cipriani tenga tiempo de releer el documento de los obispos de Aparecida, ahora que su redactor ha sido elegido Papa.
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