Hola amigos,
Quisiera dar la razón (para variar)
a Dionisio
(13-12-13) en su consideración sobre el arrepentimiento y las consecuencias
prácticas en nuestra Iglesia. Se refería a
la carta de disculpas y petición de perdón de un sacerdote de la Legión
de Cristo publicada en OpusLibros. A él, y a mí, y a casi todos, nos extraña
que la iglesia no haga nada contra los que han cometido verdaderas
barbaridades, sino que les manda una penitencia que más que eso parece un
premio.
El problema, creo yo, es que se
sigue sin considerar que estos abusos son pecados gordos, y los que mandan esas
penitencias (otros gerifaltes eclesiásticos) lo ven como "deslices" o
"desviaciones" de personas que por lo demás hacen mucho bien. De ahí
que a Maciel se le mandara a retiro y penitencia, a un encubridor de pederastas
lo destinaran a Roma, o a un pederasta se le cambie de parroquia. Entre bueyes
no hay cornadas, y si un obispo encubre a un pederasta, otro obispo le castiga
a rezar a un convento. Total, el mal está ya hecho...
Un problema de fondo es que no se
analiza si es la estructura de pecado la que posibilita, permite, alienta y
encubre estas prácticas. Si se trata de entramados de poder revestidos de
institución religiosa, cuyo fin último es autoperpetuarse, a ser posible con
unas cuentas corrientes de lo más saneadas. ¿Sería posible atraer tanto
muchacho sin unas instalaciones de alto standing, sino con los modestos o
míseros locales parroquiales? ¿Si en lugar de atléticos seminaristas tuvieran
un "agotado y mediocre" cura de barrio, o unos despistados
catequistas? ¿Si en vez de un pastor con olor a oveja, como dice el Papa,
tenemos selectos dandis de la espiritualidad, con refugios en la playa y el
monte?
Opuslibros trata del proselitismo
feroz del Opus Dei contra adolescentes, el acoso a los que se quieren ir,
etc... Quizás lo que está detrás de todo es la organización perfectamente
engrasada para mantener poder, influencia, estatus social... Todo eso a una
parte de la Iglesia no le molesta, le parece bien. Con la Legión pasaba algo
parecido, pero mucho más: era el "Opus VIP". Si el Opus busca gente
bien situada, la LC buscaba directamente millonarios o ministros. Si el OD
insistía en el proselitismo, la LC se jactaba además de tener los curas más
guapos, mejor planchados y más cachas del católico universo, con un ratio de
captaciones del copetín.
Nadie se para a pensar cuánto de
evangélico que puede tener una organización así. Y no me refiero a la santidad
individual de sus miembros, sino a si es posible que organizaciones
multimillonarias puedan ser compañeras de camino del carpintero judío que acabó
clavado a un madero. ¿Nos planteamos si esa vocación elitista y dineraria está
en la base de todos los males?
Dice el Papa que los conventos e
iglesias vacíos deben destinarse a asilos para refugiados. ¿Veremos esa orden
hecha realidad en estos casos? ¿Veremos al Opus Dei o a la Legión de Cristo
arrepentidos indemnizando a los damnificados? ¿O sólo tendremos noticias de
"sentidas peticiones de perdón"? ¿Qué sería del OD o de la LC con 20,
30, 50 millones € menos? Eso sí sería pedir perdón. Un perdonazo.
Que Dios os guarde y os de una Feliz
Navidad.
Ramón