Como yo de jovenzano era bastante exagerado –por algo me pillarían ellos-, en mi florida madurez me he vuelto alérgico a las exageraciones. Y con respecto a los correos del pasado lunes me permito un par de observaciones:

1) El de Ramón sobre Benedicto XVI me parece injusto y precisamente por exagerado. Habrá tenido, como todo humano, sus debilidades y sus sombras, pero para mí sus luces y sus gestos de fortaleza se imponen y con mucho. En todo caso le tocó lidiar toros que venían  de más atrás.

2) Agustina, en esta página yo mismo he contado mi siniestra experiencia con los abductores de san Rafael, los del proselitismo precoz y a toda costa. Sin embargo tú y yo sabemos que la Comisión Especial que el papa ha creado atañe a un asunto distinto y para mí mucho más grave. Bueno será que el Vaticano también se ocupe del otro; pero mezclar churras con merinas no ayuda a aclarar las cosas ni a resolver los problemas. Por lo demás, con mi mensaje vaya mi estima.

Pepito