En el mes de agosto de 2004, en esta web se publicaba
el siguiente párrafo:
Me
trajo a la memoria un ex-numerario, quien recién salido conversaba o se
confesaba con un dominico, hombre cultísimo y reconocido en este país, quien le
dijo una cosa interesantísima: Fulanito, el opusdei tiene cosas buenas y
novedosas... lo malo es que las buenas no son novedosas y las novedosas no son
buenas! (Cfr.
Lo bueno no es novedoso y lo novedoso no es bueno.- Sido)
Con ser muchas y muy buenas las síntesis
que esta hermosa web contiene, a mi juicio la anterior es de gran utilidad para
llegar al fondo del asunto.
Muchos dicen: "Sí, pero... hay muchas
cosas muy buenas ahí, hay mucha gente piadosa, bien formada en lo
doctrinal..." El famoso argumento de "en todas partes hay algunos que
desmerecen, pero el invento, en sí mismo, no cabe duda de que es bueno..."
Siguiendo el criterio expuesto por Sido, yo también opino que lo que la obra tiene
de bueno no es novedoso, es decir, no es propiamente suyo. Normalmente procede
del acervo común constituido durante veinte siglos de cristianismo. Pero no es
suyo en el sentido de que pudiese obtener derechos de copyright sobre
ello.
Precisamente... ¿sobre qué elementos ha
invocado la obra ese tipo de derechos, exigiendo y logrando que se retirasen de
esta web? ¡Exactamente! ¡Sobre los denominados documentos internos, cuya paternidad quedó de
paso rotundamente probada! Pues esos, sólo esos, son los elementos nuevos de la
institución.
Y parece evidente que, si incluso ellos
mismos se avergüenzan de tales elementos (¡hasta el punto de llegar a pleitear
para prohibir su difusión!) es que no son buenos. Es más, en esa mala condición
moral veo yo el origen de la tradición de simulación que sí que es que una
peculiaridad constante en la obra, ya desde lo del archivo secreto de Eijo y Garay...
Soy consciente de que las afirmaciones
generales de carácter negativo son muy peligrosas pues basta con que aparezca
un sólo caso que las contradiga para que queden invalidadas. A pesar de lo cual
desafío a cualquiera -especialmente a los de dentro, que lo tienen todo más
cerca...- a mostrar aquí un sólo elemento de la obra que reúna la doble
condición de ser nuevo (es decir, inédito antes de 1928 e inseparable de la
obra a partir de esa fecha) y de ser bueno (es decir, apropiado y provechoso
para el hombre en general y para el cristiano en particular)
Quedo a la espera.
Bdm