Mucho me ha costado lograr atreverme a escribir, quizás está grabado a fuego el ser una ex numeraria que se fue en “buen plan”. He leído durante casi dos años seguidos la página de opus libros, esperando que sea lunes, miércoles o viernes para leer las publicaciones. Ha sido un proceso terapéutico el compartir las experiencias y sentir que no estás sola.

A propósito del libro “Cásate y sé sumisa”, de la supernumeraria italiana Costanza Miriano se gatilló la necesidad de escribir. La indignación por lo que significa manipular la conciencia de otro, haciéndole creer que eso es lo que Dios quiere de ella, aprovechando la autoridad moral que les otorga hablar en el mismísimo nombre de Dios. Cómo es posible que se perpetúe el abuso moral en contra de la dignidad de la mujer, aprovechándose de su buena fe y sinceros deseos de amar a Dios.

También recordé una anécdota de mis años de numeraria. A fines de los 80, a la residencia de estudiantes venía de invitado a una tertulia sobre el papel de la mujer en la Iglesia, el catedrático de la Universidad de Navarra y psiquiatra, Enrique Rojas. A medida que escuchaba su discurso, se produjo una profunda disonancia, al punto que pedí la palabra y le discutí su postura con fundamento en las encíclicas del Papa Juan Pablo II. El escándalo fue mayúsculo, ¡cómo osaba discutirle al ilustre invitado, y más encima una numeraria! Desde ese momento me convertí en sospechosa de falta de ortodoxia, y sinceramente creo que fue el principio del fin, ya mi conciencia no resistía tanta cerrazón y discriminación arbitraria.

Saludos a todos desde el otro lado del mundo,
Oratio et operatio