Si yo, engañando con
ingenio, quisiera corroborar que en el Opus Dei se ha cambiado la corrupta
praxis sobre asuntos de conciencia y otros, escribiría a Opuslibros indicando
que hasta en comisiones y delegaciones se le lee buscando esperanza; incluso
daría la impresión de que tengo información de que las numerarias también acuden
masivamente a la web. De esta forma pretendería que Agustina y colaboradores se
sintieran adulados y dispuestos a aceptar lo que siguiera, que sería un mensaje
indirecto a la Santa Sede, en el que enumeraría los cambios que no se han
producido como si ya se hubiesen realizado. La cuestión es que la información
de cuántos de dentro leen Opuslibros ni siquiera el prelado, con toda la
información que le llega, la tiene. Es muy lógico que esta web se lea en todos
esos sitios, pero sólo se puede conjeturar.
La enumeración
anterior sería una lista de cosas que se habrían rectificado, que ya no se
hacen como antes; cosas como esas de que ya no trasciende a otros el contenido
de la dirección espiritual, que la cuenta de conciencia ya no se practica
obligatoriamente, que ya no se redactan más informes de conciencia, que existe
más flexibilidad en el manejo del dinero, que ya los directores locales no
tienen jurisdicción, etc.
Con todo ello
echaría una mano al prelado y a la institución para certificar que las
advertencias de la Santa Sede se han tomado en serio y se han respetado. Que la
carta del prelado del 2 de octubre de 2011 no es una pantomima, sino un
cambio de rumbo hacia el bien y la legalidad. Así lo haría si estuviera
interesado o designado para encubrir que todo sigue prácticamente igual.
Si yo perteneciera a
la Obra, fuera una persona honesta, con una conciencia cristiana verdadera, no
deformada, y hubiera observado esos cambios en el Opus Dei, también escribiría
animando a Opuslibros a seguir en el empeño, agradeciendo su ayuda y
esperanzado con el resto de las cosas que Opuslibros puede conseguirnos, y
constatando o suponiendo que en la Obra casi todos acceden a esta web.
Dos formas de
tomárselo...
Para creer cualquier
tipo de cambio en el Opus Dei (alguien lo escribía no hace mucho), para hacerlo
verosímil, opino que es preciso que ocurra una primera cosa necesaria, aunque
no suficiente, que traduzcan del latín su derecho particular, sus estatutos,
y no existan impedimentos para consultarlo, que esté en los Centros a la
disposición de todos. Mientras esto no ocurra, y sólo exista en su sustitución
el manipulado catecismo de la Obra, yo tendré siempre reservas ante cualquier
cambio.
Levantisco