Se ha comentado que hay gente que tiene todavía pesadillas con el Opus Dei.

Esto es normal, pero no se le debe dar mayor importancia.

El sueño es un momento al parecer en el que el cerebro hace limpieza de material cognitivo, fija la memoria, despacha recuerdos inútiles, etc. Por eso los sueños son bastante absurdos: no tienen sentido, no son más que conocimientos, nociones, vivencias en desorden y sin significado aparente.

El sueño no quiere decir nada, no predice, no quiere decir que nuestra psique nos esté reclamando nada. Cuando soñamos con algo, el cerebro está asignando a lo que soñamos un valor que no es el real. Podemos soñar con dinero, pero para el cerebro ese dinero significa otra cosa. 

Si se tienen pesadillas con el Opus Dei, lo que sucede es que el cerebro está usando esos recuerdos tristes como modelo para otras materias que está procesando, probablemente también difíciles. Está procesando la angustia de la vida cotidiana en una forma manejable. Evidentemente, la persona que ha salido más tocada, tendrá más pesadillas a lo largo de su vida, pero eso mismo le podrá ayuda a digerir los recuerdos amargos y echarlos al cubo de la basura.

O sea, que tranquilos que es eso, un reflejo malo de lo que fue, y sobre todo ¡pensad en lo maravillosos que es despertarse y darse cuenta de que se es feliz, aunque sea moderadamente! Eso es lo que merece la pena.

Que Dios os guarde

Ramón