EL SOLIDEO.- Dionisio
Fecha Wednesday, 13 November 2013
Tema 100. Aspectos sociológicos


Queridos amigos:

Decía normalito que el solideo del prelado tiene truco, que es un juego disimulado para ocultar el pectoral de oro. Puede que sea así mismo. Las gentes somos muy complicadas y hacemos cosas muy raras. Me resulta difícil de creer que estaban tratando de ocultar el pectoral de oro. Es mucho más sencillo comprar uno de latón o de madera y así demostrarle a Francisco que a pobre no le gana nadie.  Yo creo que llevó su cruz de oro con legítimo orgullo y con no disimulado afán de dar una lección al Pontífice sobre la majestad y decoro, la pompa y solemnidad, que deben acompañar a los pastores para bien de sus ovejas. Creo que creen que hay que catequizar a este Francisco tan… peculiar. Sin embargo, yo tengo otra teoría que, como no salgáis corriendo, os voy a contar, sin que nadie pueda salvaros. Mejor dicho, tengo dos teorías: A y B.

Teoría A.

El solideo en la mano muestra solamente un gran estado de turbación por el chorreo que le acaba de caer o por el que cree que le va a caer, según la foto haya sido tomada antes o después de la conversación. La cara de ese señor podría parecer la del que está dispuesto a lamer las suelas de los zapatos con tal de que todo siga como siempre. Me recuerda, aunque no es lo mismo, desde luego, el chiste en el que el lacayo llega corriendo a abrir la puerta de la limusina. Cuando el señor marqués aparece, el lacayo con una cara que debía ser como esa le dice ¿Cómo está su apestosa excelencia? A lo que el marqués responde con una sonrisa perversa: Pues con los nuevos audífonos estoy muy bien y tú estás despedido.

Teoría B.

El solideo en la mano muestra la senilidad de un pobre viejo que no sabe si quitarse el solideo o enseñarle su colección de cromos de jugadores del Real Madrid, que probablemente ni sabe lo que es el solideo, ni quien se lo ha puesto, y ni siquiera está muy seguro sobre si hablar en italiano o en argentino. No sabe si le han invitado a comer o a cenar o a merendar y no tiene idea de por qué ese señor vestido de blanco está tan serio. Estaría pensando quizá que sería mejor ir a comer a la casa del Fiume, porque la administración sabe bien cómo es su dieta y aquí sabe Dios lo que comerán. Como en casa ni en el Vaticano. ¿Qué es el Vaticano, por cierto? Es todo tan confuso.

Portaos bien para que recibáis muchos regalos en Navidad.

Dionisio el Areopagita.









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=21737