La ILE, la Cosa y la presunta pedagogía.- Fletcher Christian
Fecha Monday, 07 October 2013
Tema 100. Aspectos sociológicos


Estimada Ana Azanza:

He leído tu artículo en respuesta al comentario sobre la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Me parece bien que de vez en cuando se hable de estos temas porque hay que hacer ver a los de la Cosa que leen estas páginas que la leyenda también sobrevive en el mito de sus colegios.

Tienes razón al decir que la Cosa sobrevive mediante la (mala) imitación de las ideas de otros, con la ingenua idea de que no es que imiten, sino que "cristianizan" las realidades humanas. Hasta ahí estamos de acuerdo, creo. Solo puntualizar (ni quito ni critico lo que dices, solo añado pensando en otros que quizá no lo sepan) que la "pedagogía" de la Cosa se basa en tres o cuatro fuentes: una, como apuntas, la praxis de la ILE (como desciendo de uno de sus impulsores -tataranieto-, siempre he tenido cierta curiosidad por el tema y es un hecho comprobado); dos, la pedagogía personalizada (incluso le robaron el nombre) del jesuita Pierre Faure; tres, la pedagogía de Montessori y similares que no voy a detallar; cuatro, los colegios británicos...



Los pedagogos "oficiales" de la Cosa fueron Víctor García-Hoz (que solo ha pasado a la historia del pensamiento por ser miembro del tribunal de tesis de Julián Marías y que se la suspendió por motivos ideológicos**) y Tomás Alvira (cuya causa de beatificación se ha abierto hace poco), que era un buen profesor pero la voz de su amo en cuestiones de principios.

Aunque en ese bodrio que no lee nadie que es el inmenso (32 tomos) Tratado de Educación Personalizada se reconozcan las fuentes de la educación personalizada, no es menos cierto que puertas adentro se pretende hacer pasar la pedagogía de García Hoz como la avanzadilla de la futura pedagogía cristiana. Nada más lejos de la verdad. Con una visión de la persona totalmente neoescolástica, fuera de la realidad de este siglo (y del pasado incluso) todo lo demás no es más que una metodología insulsa que ni siquiera se puso en marcha en los colegios de la Cosa (el Tratado, por cierto, está totalmente obsoleto -y no es por menospreciar, es la verdad técnicamente hablando). La educación personalizada de Faure sí es un diálogo con la sociedad de su tiempo desde el cristianismo del siglo XX, pero la versión "light" de García Hoz no es más que un disfraz para inculcar una visión neoescolástica de la persona. La educación personalizada de Faure la siguen numerosos colegios sudamericanos, no solo jesuitas, con notable éxito.

La ILE, sin embargo, no confundamos las cosas, era una institución privada, cara para la época, que solo se podían permitir los ricos o medianamente ricos. Eso era coherente con la visión elitista del krausismo y que luego, por ejemplo, Ortega, desarrolló filosóficamente. Cambiando las élites se cambian las naciones. Más o menos ese era el trasfondo del planteamiento de la ILE y de esa generación por motivos filosóficos en los que no voy a entrar. Bien es cierto que lo que pensaban era que la transformación de la sociedad (alfabetización, desclericalización, igualdad de la mujer, cultura, etc.) llevaría con el tiempo a un sistema más igualitario que ahora llamaríamos socialdemócrata o socialista humanista.

Tampoco es cierto que fueran masones, aunque sí había algunos krausistas y que Krause sí era masón. Posteriormente hubo algunos masones relacionados con la ILE, Fernando de los Ríos, por ejemplo, pero otros muchos no lo eran. Tampoco conviene idealizar, como se hace muchas veces, la otra obra importante de la ILE a través de la Junta para la Ampliación de Estudios que es la Residencia de Estudiantes, de la que posteriormente surgió, como mera caricatura, el CSIC. En la Residencia, aunque había algún becado, lo cierto es que estaban los hijos de las mejores familias: Lorca, latifundista granadino; Dalí, hijo de notario, (suma y sigue), y que las famosas actividades en las que iban a hablar Einstein o Chesterton o Stravinsky o Keynes, y la flor y nata del pensamiento de la época eran financiadas por una fundación de cooperación anglófilo-española presidida por el mismísimo Duque de Alba. Esto viene a cuento de que este es el modelo en el que se fijaron los listillos de la Cosa cuando hubo que montar colegios de educación básica (forzados por las circunstancias, como bien se ha tratado en estas páginas hace tiempo) y colegios mayores universitarios. El trasfondo elitista de la ILE era su punto de referencia. Siempre que en la Cosa se toma algo como referencia es porque tiene un trasfondo elitista coherentemente, como ya he dicho en varias ocasiones, con el pensamiento del santo marqués, que vivió toda su vida influido por las corrientes elitistas decimonónicas.

Cuando el santo marqués envió a algunos a ver cómo se organizaban los colegios ingleses no fueron a algún barrio londinense sino a los pocos vestigios de la cuestionadísima educación aristocrática que queda en el sistema británico y que todos conocemos. El punto en común es tan obvio que no merece detenerse en él.

Un cordial saludo,

Fletcher Christian

**No deja de ser irónico que una editorial de la Cosa muy conocida en los ambientes publique la biografía de Marías o libros de él o sobre él, presentándole como el gran pensador cristiano del siglo XX. De hecho lo fue, pero no creo que en la misma línea que interpreta la Cosa. Creo que nunca dicen que el primer supernumerario de la Cosa fue uno de los responsables -se puso como una fiera, además- de tumbarle la tesis y de que el pobre Marías nunca fuera doctor por ninguna universidad española. Pero la historia es como es: Marías sigue influyendo a decenas de pensadores y a García-Hoz ¿lo conoce alguien aparte de algunos de nosotros?







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