Estoy
pensando que, en Bruno Bouzzi 75, estarán muy felices, identificados plenamente
con los planteamientos y las iniciativas de Mario Jorge Bergoglio S. J.
Me regodeo
pensando que quizá Javier está ya redactando, asistido por sus asesores del
Consejo General y después de meditarlo profundamente en la presencia de Dios,
una carta especial para sus fieles hijos prelaticios cuyo discurso medular
podría ser algo parecido a esto:
Con unción filial vamos siguiendo el magisterio
pontificio de Francisco y con agradable sorpresa comprobamos día a día que
curiosamente sus enseñanzas son las mismas que, en espíritu y desde siempre,
nos propuso nuestro amadísimo padre.
¡Cuánto admiraba Sanjosemaria a los jesuitas y como
nos manifestaba una y otra vez el profundo cariño fraterno que sentía por ellos
y en especial por el anterior Prepósito General de la Compañía, Padre Pedro
Arrupe, con el cual compartió mesa, en diferentes ocasiones, para departir
fraternalmente sobre los temas que ambos tenían en su mente y en su corazón.
Ahora, cuando oímos a Francisco hablar de una Iglesia
pobre, de que él no es de derechas, de que hay que plantearse seriamente una
nueva teología sobre el papel de la mujer en la Iglesia, de que los obispos y
los curas deben dejar su aire principesco, de que no entiende como un sacerdote
usa autos del último y más lujoso modelo y de tantas otras novedades como
incluye en sus acertadísimas intervenciones públicas… Ahora, repito, nos damos
cuenta de la clarividencia de nuestro fundador que siempre nos hablaba en
iguales o parecidos términos.
Lo cual nos lleva a dar gracias a Dios, y me dio a mí
fuerzas para decirle al Santo Padre, en la entrevista que me concedió
recientemente: “Santidad, cómo me siento lleno de santa alegría y de
agradecimiento a Dios, cuando le oigo decir a S.S. las mismas enseñanzas que él
nos repetía constantemente”.
Así pues, hijos míos, recemos intensamente por el
Santo Padre, para que el Señor le asista en sus propósitos de reforma profunda
de la Iglesia y de sus instituciones, porque de esa manera estaremos también
cumpliendo el mandato cariñoso, que nuestro fundador nos enseño cuando estaba
con nosotros y que ahora nos está enviando desde el cielo.
Acompaño a
Javier y a su Consejo General en su regocijo por la bendición que la obra de
dios ha recibido a través del Espíritu Santo.
Ex-Apéndice