La necesidad de rigor.- E.B.E.
Fecha Friday, 02 July 2004
Tema 140. Sobre esta web


Lo que dice Aquilina (ayer) es muy interesante: ser prudentes en las afirmaciones y no confundir hipótesis con hechos reales.

Voy a utilizar una metáfora que posiblemente no sea muy pacifista y corra el riesgo de su interpretación.

Si uno intenta dar en el blanco y alguien te corre el blanco todo el tiempo, es difícil acertar. Es más, alguno puede llegar a perder la paciencia y en lugar de hacer puntería con un arma de precisión (hablando deportivamente, por supuesto) utilice una escopeta de alto calibre para abarcar así un área más amplia. Es grotesco el modo de alcanzar puntería así, pero también es grotesco el modo en que el blanco se mueve.

El blanco es la verdad y la información acerca de la Obra: quien lo cambia de lugar todo el tiempo es la Obra, porque es quien conoce el terreno y a nosotros nos ha dado un mapa que es falso, por la cantidad de imprecisiones que contiene. Por ejemplo, donde dice "fraternidad", en realidad esa es tierra de nadie. Y donde dice "acá puedes hacer lo que se te da la gana", en realidad es una cárcel mental. Cada uno puede hacerle caso al mapa o al terreno: las interpretaciones serán bien diferentes, y las vivencias también.

Y aquí en la web nosotros tratamos de reconstruir un mapa más coherente con el terreno que hemos pisado. El mapa de la Obra ya no nos sirve.

Aquí en la web tratamos de "dar en el blanco" pero no resulta fácil. Es importante que cada uno sea responsable de lo que afirma. Pero también hay que tener en cuenta que la Obra no colabora para nada: las verdades están saliendo con tirabuzón, cirugía sin anestesia y a veces a martillazos. Y la verdad es algo que la Obra nos debe, no algo que le estamos usurpando. Sí, la Obra está en deuda con nosotros. Una deuda muy grande.

Durante un tiempo muchos creímos que la verdad estaba donde la Obra decía que estaba y pensábamos que estábamos "dando en el blanco" permanentemente. Con el tiempo encontramos fragmentos "fuera de lugar", lo que nos sorprendió y "fuimos a decirlo". Nos dijeron que no, que esos eran fragmentos de error, no de verdad. Primero dudamos de nosotros mismos, ya que la Obra siempre estaba por encima de todo y de todos. Pero luego, al encontrar más y más fragmentos, comenzamos a pensar "por nosotros mismos" y a poner en duda lo que decía la Obra. Y la Obra se empezó a correr de lugar, a ser esquiva y a decir "qué mala puntería tienes", "no estás acertando", "te estás equivocando mucho".

Se dicen cosas que son grotescas respecto de la Obra, como sucede con el libro El Codigo da Vinci. Pero luego, el resto de los que aquí escriben, puede ser que se equivoquen y hasta quieran imaginar errores donde no los hay, llevados -especialmente- por un cierto cansancio y molestia debidos al engaño constante de la Obra en ciertos temas, aquellos de los que no quiere hablar. Me incluyo en el grupo de los inclinados a errar y me supone un gran esfuerzo ser riguroso.

Por lo cual, volviendo a lo que decía Aquilina, la necesidad de rigor a la hora de hablar o escribir sobre la Obra es real y además muy conveniente, justamente para que lo que se critica quede bien claro y no confuso.

Pero a veces no es nada fácil, sobre todo porque hace falta mucha paciencia, más de la que normalmente se requeriría, pues no se trata de que la Obra sea "lenta": es que directamente hace trampa todo el tiempo una vez que se la descubre "in fraganti". Y si algunos a veces son/somos impacientes, está bastante justificado aunque no por ello sea conveniente. Tenemos derecho a saber la verdad que se nos oculta pero es difícil reclamar ese derecho, porque no hay donde. Con nuestros fragmentos, con los de cada uno, vamos reconstruyendo el mapa del territorio en el cual estuvimos durante una parte importante de nuestra vida.

Demás está decir que agradezco mucho a Aquilina su aporte y su experiencia. Yo no podría decir tampoco que la Obra tiene fines delictivos directamente (aunque sí está claro que hay demasiado escándalo económico de los que la Obra no toma clara distancia públicamente, o sea su comportamiento siempre es oscuro). Pero tampoco podría decir -ya más- que tiene fines exclusivamente sobrenaturales. Entonces, ¿"alguien sabe qué es el Opus Dei", para qué está y para qué funciona, en última instancia? Yo vincularía a la Obra con la fisonomía de una secta, porque tiene muchos aspectos semejantes a los descritos en el libro que está en recursos para seguir adelante. Si puedo, en algún momento haré una selección de ese texto para confrontarlo.

Saludos,

E.B.E.







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