El Tempranillo.- zartán
Fecha Monday, 09 September 2013
Tema 020. Irse de la Obra


Entre mis recuerdos infantiles hay una frase que escuché de mi abuela “éste es como el Tempranillo”.

- ¿Abuela, quién es el Tempranillo?

- Era un bandolero muy caballeroso que ayudaba a los pobres.

Como mi abuela tenía una fuerte tendencia romántica y no me cuadraba eso de que un bandolero ayudara a alguien, busqué mas información esta vez de mi abuelo, quien me dejó claro que fue un señor que durante unos diez años asaltó en Sierra Morena a todo el que pudo y que, de vez en cuando, soltaba algo de dinero a los pobres aunque lo normal era que se lo quitara. Lo que traducido al lenguaje actual se diría como que era un vulgar ladrón pero con un equipo de marketing como para chuparse los dedos...

El otro día, haciendo un paseo virtual por Alameda (pueblo de Málaga) me encontré allí enterrado a “D. José María Hinojosa Corvacho, comandante del Escuadrón Franco y de Protección de Seguridad de Andalucía muerto en acto de servicio el 22 de septiembre de 1883”. ¡¡Mira por donde, si es el Tempranillo!!

Se ha dedicado toda su vida a robar a todo hijo de vecino y, a pesar de eso, ha dejado en el colectivo popular la idea de que trataba con galante y enamorador guante blanco a toda señora o señorita que aligeraba de sus joyas, que era generoso con los necesitados y para terminar la cuadratura del círculo, consigue que lo entierren como D. José María Hinojosa heroico comandante de un cuerpo policial muerto en su esfuerzo por imponer la ley.

Antes dije que el equipo de marketing de este personaje era como para chuparse los dedos, me corrijo y afirmo que es como para chuparse los codos.

Cuando descubría este acto de magia transformista, mi pensamiento (anarco-caótico él) saltó y se relacionó con un tema totalmente distinto. En estos últimos tiempos he pedido a mis amigos oraciones por un par de temas y una parte de los “náufragos” más o menos me ha respondido “estoy tan rebotado que ya no rezo”.

Es como una alergia inducida: recé tanto o me sentí obligado a rezar o... Lo entiendo perfectamente, yo también sufro de alergia a la confesión después de haber tenido que confesarme semanalmente por tantos años. Me hace bien confesarme de vez en cuando, entiendo la conveniencia, necesito hacerlo y, a la vez, me sigo sintiendo como una suma más en el cuadrito donde va el número de confesiones que todo cura numerario tiene que enviar cada mes a las misteriosas estadísticas "que no existen" y eso me lo pone cuesta arriba. Para confesarme tengo que recordar quién me preparó para mi primera confesión y comunión cuando yo ni siquiera sabía de la existencia del dark-side, tengo que saberme fuera de cualquier estadística manejada por algún chupatintas de comisión, delegación o lo que sea.

Hablando con una de estas “naufragas” le pedí que rezase un avemaría, me comentó de su dificultad y le pregunté quien le había enseñado esa oración. Me respondió que su madre. En ese momento me di cuenta de que -muchos de nosotros- seguimos siendo robados en forma continuada, unos más y otros menos, pero -me atrevería a decir- que casi todos somos víctimas de algún Tempranillo.

Nos han hecho creer que la barca de la que un día saltamos fue la barca de Pedro, nos han hecho creer que al decirle adiós al padre de Villa Tevere le hemos dicho lo mismo al verdadero Padre. De una forma u otra nos han hecho creer que si los dejamos nos perdemos irremediablemente, ya no hay nada que hacer, cualquier cosa relacionada con Dios nos suena a dark-side y se nos produce el choque anafiláctico.

Los Tempranillo''s boy''s siguen actuando en nuestra vida, nos siguen sacando con guante blanco las joyas que teníamos antes de conocerlos y, lo mas triste, es que somos nosotros mismos los que desechamos esas joyas.

Alguien decía que “por sus frutos los conoceréis” y me gustaría saber si en la suma total de sus estadísticas, además de las columnas de fieles colaboradores, de labores sociales, de colegios que no son pero son, etc., hay también alguna que -en rojo- apunte la cantidad de personas a las cuales han hecho perder su trato básico con el único Padre y los han convertido en gente de vida desordenada y a veces poco ejemplar.

En la contabilidad de una empresa se ponen los datos positivos pero no dejan de escribirse también los negativos, si no se pone esa columna es imposible saber realmente como marcha el negocio. Claro, siempre y cuando se quiera en realidad saber cómo va. De lo contrario ... puro marketing o aop que al final -si se hace bien- incluso puede conseguir una lápida que diga algo como “D. Facundo Rodríguez y Fernández de los Bolondrios, numerata insigne, inscrito, director de dieciseis centros, salvador de innumerables almas que murió en acto de servicio mientras preparaba una corrección fraterna de esas de no te menees que viene gorda”.

Eso dirá la lápida pero, todos los que quieran leer de verdad, dirán “aquí está enterrado el Tempranillo, bandolero que esquilmó durante años a quienes pasaron por Sierra Morena”.

Zartán





Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=21527