Los peores días de mi vida.- solidante
Fecha Wednesday, 21 August 2013
Tema 010. Testimonios


Pensando el otro día, caí en la cuenta de cuales fueron los peores días de mi vida y fueron aquellos ¿cómo no? en los que entré en contacto con el Opus Dei.

Una tarde aciaga, un conocido mío del cole, casi de primaria, pero que había cursado el bachillerato en otro centro, me llama ante mi sorpresa a casa. Yo contaba con quince años, y me invita a asistir a un club, a un retiro, donde todo serían cosas positivas -me dijo-, no los discursos espantables de los curas, etc. Allá voy al club A., situado en una zona de chalés de mi ciudad de provincias. Aquellos curas horteras que se sorprendían payasamente al llamarlos "padre" (pues solo uno es nuestro Padre, debían pensar). Enseguida se me puso un tipo en la espalda que tras preguntarme por mis amistades del colegio, me puso a todos a parir. Luego haria funciones de "gestapo" conmigo.

Así, una tarde de aquellos horribles dias, que tan negativamente pesaron en mi vida, viene J.M., un tipo que estudiaba o había acabado periodismo, y hoy es párroco de la parroquia de Sanjosemaría en la comunidad valenciana. Este tal, de manera desconsiderada y grosera me hizo una evaluación completa de mis ideas y creencias -de quince años!!!-, preguntándome lo que no debía y con violación de mi intimidad. Pero yo vivía en la dictadura -estamos en 1966- y provenía de un hogar tradicional y pasa por ese trágala. Cuántas veces, ya después, pensé que podría haberle dicho lo que se merecía. Eran gentuza, tal vez sigan haciendo lo mismo con los jóvenes. En esta web he leido testimonios peores, muchos peores...

Lo siguiente, en aquellos días, fue todo por un estilo, la de una gente desconsiderada y dispuesta a instrumentalizar para sus fines a las personas, para fines poco confesables. Papa Francisco !haz algo!!.  Trufado a lo anterior había toda una programación sectaria, ajena a la vida, el entorno e intereses de un joven normal de finales de los sesenta. Ese programa no descartaba humillaciones y denigraciones si venían bien para los fines de la organización. Se trataba de coger a un  joven bueno y bien intencionado, modelarlo, dejarlo sin ningún aserto social, sacarlo de su ambiente y utilizarlo. Algo que debería estar prohibido y esa gente responder ante las autoridades y si fuera necesario dar con sus huesos en la cárcel.

En fin, así fue, sigo pensando y aquellos fueron los peores tiempos de mi vida, cuando a uno se le cercenan sus sueños, su vida, sus relaciones, y se le mete en un cuarto oscuro y deprimente para honor de un sórdido personaje, perverso y desnaturalizador de cualquier sana relación con Dios y con los hombres, especialmente con las mujeres. Algún día podría escribirse la verdadera relación de las actuaciones de unos desaprensivos con escándalo y tropiezo de cualquier comportamiento decente.

solidante









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