Estuve leyendo
anoche la correspondencia de las últimas semanas, y un par de aportes me
hicieron reflexionar; en concreto el de Carmen
Charo y Conrad,
solicitando a Novaliolapena
(en adelante NVP) que amplíe el relato de sus vivencias en la Obra y responda,
en la medida de lo posible, a las preguntas que él mismo plantea en respuesta a
las provocaciones de una señora que cada tanto suele incursionar en esta web.
El motivo de
esta solicitud, para Carmen
Charo, es de justicia, ya que tanto nosotros como la jerarquía de la
Iglesia deberíamos conocer estas respuestas. Conrad,
algo más radical, lo previene de no caer en lo que él llama el “síndrome
PerezTenessa”, siendo que “…lo sé todo, puedo ayudar a remediar los males, pero
no lo voy a contar” (sic).
Por mi parte,
creo que el testimonio de NVP
ha sido más que exhaustivo al plantear detalladamente cómo ha sido su vida como
numerario del Opus Dei. No solo ha recordado hechos sino que nos ha ilustrado
incluso sobre el contenido de alguna correspondencia interna que lo
involucraba, y no ha dudado en manifestar las repercusiones de todas estas
circunstancias en su estado de ánimo y, en definitiva, en su vida. ¡Todo ello
apenas un año después de su salida! ¿Es que se le puede pedir más?
Entiendo que
estas solicitudes se realizan con la mejor de las intenciones, y no juzgo en
absoluto a quienes las manifiestan. Además sé que no son los únicos que
comparten esta opinión. Sin embargo no dejo de preguntarme: ¿Qué tipo de vivencias
personales extras le están pidiendo? ¿Es que no es suficiente con lo que ya ha
contado? Que nosotros no sepamos quién se encuentra detrás de ese pseudónimo
tan particular, no significa que “los hombres de negro” no lo sepan. Desde el
primer momento quienes lo conocieron sabían de quién se trataba, y esta sola
circunstancia ya demuestra muchísima valentía. ¿Han pensado en las posibles
repercusiones que su testimonio podría acarrearle? Pues yo, cuando lo leía, no
dejaba de pensar en ello.
Ahora bien, que
NVP por el cargo que ocupó haya tomado conocimiento de hechos o circunstancias
vedadas “al normal de los mortales” ello no significa que las tenga que ir
gritando a los cuatro vientos. ¿Qué quieren oír? ¿Que Fulanito siendo vocal de
San Miguel fue visto saliendo de un prostíbulo? ¿Que a Menganito lo echaron de
la Obra por ser homosexual?¿ Que el Padre en mayo de 2006 no pudo oficiar la
misa porque tenía diarrea –pero adujeron dolores de cabeza? Esto solo fomenta
la curiosidad malsana de algunos o alimenta el morbo de otros. Yo no creo que
este tipo de detalles sean de interés. Por el contrario, si nos referimos a
temas “más de fondo”, del estilo (siempre hipotéticamente) que por el cargo que
ocupó haya tomado conocimiento que ciertos miembros de la Obra se vieron
involucrados en verdaderos delitos, por ejemplo: corrupción, soborno, tráfico
de influencias, contrabando, etc., ¿ustedes realmente piensan que este es el
lugar para ventilarlo?
Por supuesto que
yo también creo que no hay afrenta grave que deba quedar impune, pero en esta
materia creo que deberíamos ser muy pero muy prudentes. Honestamente no creo
que NVP necesite de “ánimo” para escribir ni de una cuota extra de valor. Lo que
creo es que si no continua escribiendo sobre sus vivencias debe ser en parte
por sana prudencia; y tal vez, en parte por hastío. Y en cualquier caso, ¿quién
lo puede juzgar? Estoy segura de que, en el momento en que se lo requiera su
conciencia, hará saber a quien corresponda (si no lo ha hecho ya), todo hecho
que él considere que debe ser conocido. Hasta tanto respetemos su silencio y su
libertad para guardarlo.
Deseo
sinceramente no haber incomodado a nadie con este escrito. Representa lo que
pienso y lejos de mi generar polémica con este tema tan sensible. La decisión
de faltar o no al silencio de oficio solo recae en los involucrados, y los de
afuera solo podemos ayudar con nuestro apoyo y comprensión. Solo Dios sabe qué
peso recae en la conciencia de cada uno, y solo Dios les hará saber el momento
adecuado para que lo saquen a la luz.
Y unas últimas palabras para NVP: yo no creo que
quienes participan de esta web duden de tu testimonio. Tampoco creo necesario
que publiques nombres ni fotografías para dar credibilidad a tus palabras.
Quienes conocemos la Obra sabemos que, lamentablemente, tu caso no es aislado. ¿Para
qué gastar tu tiempo y energía en responder a quienes “no_valen_la_pena”? Desde
aquí mi más fuerte abrazo y mi deseo de que seas muy muy feliz. Cuentas con mis
oraciones.
Un abrazo a
todos y un agradecimiento especial a Agustina por brindarnos este espacio.
Luciana