El principio del fin.- golferas
Fecha Monday, 12 August 2013
Tema 020. Irse de la Obra


Estas vacaciones no he tenido que buscar ningún libro para leer. Me queda una semana para volver al trabajo y no he parado de bucear en estas páginas para estar la mar de entretenido. Vivo en una ciudad española de lo más turístico, con buen clima, y no he tenido que salir fuera para tener unos días de descanso. Así que mi portátil en estas noches ha sido mi mejor aliado.

Ya escribí hace poco que fui agregado hasta hace unos 12 ó 13 años. Lo fui desde los 15 años hasta los 35, aproximadamente. El principio lo recuerdo con alegría, con ilusión, aunque algo difuso por los años. Lo sorprendente es ¡qué borroso se me hace el final!, hasta el punto de no recordar bien la fecha concreta.

Leyendo a Dionisio en el preámbulo de su capítulo 11 de 'Anécdotas en el Opus Dei' (20-01-2005) me ha venido a la mente de qué forma, "buenas" personas del Opus Dei hacen que salte la chispa y prenda el material altamente inflamable que se había acumulado en una recámara que no querías reconocer que existía. A Dionisio le hicieron caer la venda de los ojos "unos cuantos personajillos en el opus que me hicieron la vida francamente desagradable". En mi caso no fue una persona desagradable sino todo lo contrario. Mi experiencia fue más o menos así...  



En aquella fechas hacía la charla con el director de mi centro. Era, y pienso que sigue siendo, una buena persona. Sensible y educado. No especialmente puntilloso. Creo que sigue siendo de la Obra. Había hecho la confidencia con otros directores o subdirectores más exigentes, y con algunos francamente desagradables. Otros eran más pusilánimes. Algunos de los más desagradables han dejado luego la Obra por la puerta falsa y de malas maneras.

Pero este último director, sin darse cuenta de las consecuencias, dio pie al principio del fin. Hizo que se abriera esa caja de Pandora llena de tormentas y malos augurios. Y fue por una verdadera tontería. Fue por negar esa bendita libertad de espíritu de hacer lo que a uno le viene en gana. De depender de la consulta al director hasta para ir a c. En concreto me apetecía ir a esquiar un fin de semana, qué digo un fin de semana, sólo un día. Sólo era ir a esquiar al "pueblo de al lado".

Yo ya era un profesional cualificado. Mis compañeros de profesión iban cuando bien les parecía sin tener que consultarlo ni con su abuela. Iban durante varios días de vacaciones en invierno o acumulando días de libranza del trabajo. ¿No somos iguales que nuestros iguales? ¿No somos como la sal en medio del mundo? ¿No es más que recomendable hacer la excursión mensual y el paseo "nosécuantal"? Yo además estaba más quemado que la moto de un jipi. Mi trabajo era bastante duro y no tenía mucho tiempo, o me organizaba mal, para hacer el bendito deporte que se nos recomendaba hacer. Eso sí, de manera muy encorsetada.

Para actuar aún más conforme al espíritu, o más controlado, le dije que si podíamos ir juntos y así también él hacía el deporte que le hacía falta. Sería una escapada de sólo un día con el consiguiente palizón de algo más de 200 km de ida y otros tanto de vuelta. Salir muy temprano después del minuto heroico, planificar todo muy bien para cumplir con todas las normas de piedad; hasta sacar tiempo para el cilicio. Los numerarios de los centros de mayores o los directores de la delegación hacían planes entre ellos y se iban a esquiar contando con el beneplácito de no sé quién. La excusa es que tenían que cumplir con las costumbres de la excursión mensual o tenían que "sacar a pasear a alguien que realmente lo necesitaba". Y como no tenían que excusarse con algún plan apostólico, pues ... carta blanca. Pienso yo... Que, a lo peor, soy un mal pensado.

El asunto es que me dijo que no. Lo vería en la oración y... "nones". Me dijo que no podía porque había quedado con su familia de sangre ese fin de semana para ir a esquiar. Tócate los h. Yo flipaba. Se va a esquiar, el numerario, con su familia de sangre y yo ya iré en otra ocasión. Se ve que tampoco cabía en su plan con su familia. Me hubiese encantado conocerlos pero ... Nunca supe los motivos y tampoco quiero elucubrar más en este foro. No fue una respuesta altanera o soberbia; no fue malintencionada; no fue cínica. Fue una respuesta simplona.

Solución: me voy con mis colegas a esquiar. El asunto es que el único colega disponible aquel fin de semana era una chica, supersimpática y sin remilgos a presentarme a su familia. El plan fue redondo. Su familia vive en la ciudad donde se encuentran las pistas de esquí así que nos iríamos el día anterior, pasaríamos la noche en la casa de su familia y llegaríamos fresquitos a la estación de esquí sin el "peazo" de madrugón. Hasta podría hacer mejor las normas de piedad y ponerme el cilicio. Los padres de mi colega son de profundas raíces cristianas pero no se extrañaron de que un agregado del Opus Dei apareciera con su hija en su casa. Algo chocante sí les pareció, pero por aquella casa habían pasado desde un musulmán a un hindú, desde un norteamericano o un colombiano, a un alemán. Probablemente sean bastante más liberales que la familia de mi entonces director espiritual.

La vuelta fue muy traumática... para el director de mi centro. Yo, como siempre, fui muy sincero. Me fui porque me pareció bien. Pasados los años, y yo ya fuera de la Obra, me reconoció que debería haberse ido conmigo a esquiar. Para mí fue en inicio de otra vida. Todavía tardaría unos años, o meses, en dejar de ser del Opus Dei pero aquello fue la tapadera de la caja de Pandora, la chispa que encendió la traca.

Aquella compañera y su familia son ahora mi familia. ¡Qué poca vergüenza! ¿Qué tramaría aquella mujer?

Por cierto, ayer me llegó un whatsapp de un "super" para invitarme al retiro mensual al que acude él. Sus hijos van al mismo colegio que los míos, uno de monjas, concertado con la Junta de Andalucía (monjas buenas; Junta de Andalucía mala). El "super" es un tío majo. Me decía en el "guasap" que "a ver si a la tercera iba la vencida". Sinceramente, hace unos meses estaba interesado en reanudar mi dirección espiritual con algún sacerdote del Opus Dei. Ahora sólo espero pillar al cura de mi parroquia para confesarme (que me hace falta) y ya me dirigiré con el padre "Topete". No renuncio a ir a algún retiro de supernumerarios (le respondí que "a ver si a la cuarta"), pero iré con un espíritu más crítico. 

Un fuerte abrazo a todos. Os deseo unas felices vacaciones (si vivís en países con vacaciones por estas fechas y tenéis un trabajo que os lo permita) y que salgamos pronto de esta inacabable crisis. ...económica.

golferas 







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