Mercadeo de vocaciones en el Opus Dei.- Manzano
Fecha Wednesday, 31 July 2013
Tema 050. Proselitismo, vocación


 

Reconozco abiertamente que me equivoqué y rectifico cuando Calandria nos invita a meditar preguntándonos si somos nosotros los que contando nuestras experiencias y vivencias, los que fuimos miembros y sufrimos avatares dentro del Opus Dei, los que nos largamos o nos largaron, podamos estar equivocados.

 

En mi escrito del 10/04/2013 hablando de las nuevas generaciones en la Obra, concretamente dije:

 

“El problema de las vocaciones, sin embargo, es distinto. Estas no se compran con dinero, aunque vete tú a saber si ahora pondrán un fajo de billetes en el anzuelo como reclamo. De hecho algo parecido lo han practicado sutilmente desde siempre, saben mucho de motivación económica.

 

Rectifico: Las vocaciones (en el Opus Dei) sí se compran con dinero...



 Cuánta inocencia la mía, qué error de cálculo y qué bondad –todavía- la nuestra. ¿Es que nunca aprenderemos? Pues en apenas tres meses he aprendido que al opus dei no se le debe dar jamás el beneficio de la duda. La ley prelaticia es clara e incuestionable: ¡sospecha y acertarás!

 

En este corto espacio de tiempo he vivido, conocido, confirmado y asistido al mercadeo de cuatro “vocaciones”, cuatro. De la clase de tropa, de los que se enteran poco, pero valen para las estadísticas; dos de cada sección.

 

En todas ellas se ha cambiado o se ha intentado cambiar -chantajear sería lo más propio- una “vocación” por un puesto laboral:

 

Dos jóvenes sin trabajo, con estudios universitarios finalizados en 2011. Más otras dos personas algo más mayores: a una de ellas se le ha propuesto un “precio” para ocupar una plaza. A la otra, se la ha confirmado la verdadera razón de su degradación laboral. Me explico brevemente:

 

Los dos primeros jóvenes han “encontrado” trabajo nada más escribir la “carta” de admisión como supernumerarios de la prelatura, después de un par de largos años dando desesperadas e inútiles vueltas para encontrar alguna oportunidad laboral. (Todos sabemos cuál es la situación del mercado de trabajo, especialmente para nuestros jóvenes en España, con más de un 50% de paro). Ambos han confirmado a sus seres más próximos que su éxito se ha debido a una causa-efecto, han reconocido que ha sido determinante su incorporación a la obra. E incluso, ambos se han justificado -sin vergüenza alguna- al decir que no podían esperar más a encontrar algo. De querer santificarse no les oí decir nada. Espero que también lo tengan en cuenta...

 

A otra persona le proponen -y así me lo cuentan directamente- que, si quiere tener alguna posibilidad de encontrar trabajo -en el lugar donde acudió para realizar una entrevista con el objetivo de solicitar esa nómina- debe acudir a una dirección concreta (centro de numeraril del Opus) e interesarse por los medios de formación que allí se imparten. Tal cual. Todo muy lógico, todo muy claro.

 

Y por último: la cuarta persona en cuestión tenía un puesto de cierta responsabilidad en un centro docente (fomento, institución, corporativa, bla, bla, bla, o sea, del opus). De hoy para ayer le comunican que después de unos años en ese puesto pasará a engrosar la lista de la escala básica, en sueldo también, sin el plus económico que le reportaba dicha responsabilidad. La persona afectada pide explicaciones al enterarse de que en su lugar han colocado a otra persona más joven, mucho menos preparada e incluso con cierta fama de incompetente. Respuesta: tuviste tu oportunidad de hacerte de la Obra. Ella -la otra- a diferencia de ti, la aprovechó. Ah!: deberías darle todo tu apoyo y ayudarla dónde la otra no llegue (y gratis).

 

No es de oídas y por supuesto no voy a dar la relación –muy cercana y de distinta índole- que tengo con todos ellos.

 

Un SI –rotundo- para Calandria: confirmado, se compran y se venden “vocaciones”. Entonces: ¿cómo no se van a comprar beatificaciones y canonizaciones? Cualquier cosa en nombre de Dios y por Dios es posible y justificable en el Opus Dei, que a nadie le quepa la menor duda. Es su rutina, por eso ni siquiera los que están dentro pueden hacerse a la idea (lo ven todo muy “normal”) y a los de fuera se les hace demasiado grande, demasiado escandaloso para dar veracidad al asunto: esa es la suculenta ventaja de la perversa praxis de la institución.

 

La Oración tendrá mucho poder, pero el caballero Don Dinero no le anda muy a la zaga.

 

Felicidades a todos los que hayan obtenido la "gracia divina" de obtener un puesto de trabajo y que le fue asignado ya desde el principio de todos los tiempos.

 

Y buen verano a todos los demás.

 

Manzano







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