Calandria se ha convertido (otra vez).- Bastián
Fecha Monday, 29 July 2013
Tema 900. Sin clasificar


Parece evidente que Calandria, que algunas veces parecía otorgar en esta Web, ahora recoge velas. Debe de ser algún milagro saxofónico-beatífico, y la aparentemente a veces díscola, se nos ha vuelto fiel combativa. Pues vale, muy bien, así puede que ya duerma sin pastillamen. Pero se ha pegado una cagada monumental con esa fe en que el espíritu santo mueve las beatificaciones y canonizaciones. Cierto es que, alguna vez, he llegado a pensar que esta Calandria pensaba, pero ahora nos ha demostrado que toda su relación con el pensamiento se reduce a la digestión de la comida que ingiere. El espíritu santo como motor del Vaticano daría muchas carcajadas con solo fijarse en los esfuerzos de monseñor Clavel para captar a otros monseñores, en los continuados asaltos a las curias del mundo entero con cargos y carguetes, y el aborregamiento de obispos trepadores que hacen carrera a la sombra de la prelatura. En fin, si Calandria pudiera ver escrito en un papel el plan de penetración -con perdón- del Opus Dei, diseñado desde hace décadas para okupar el gobierno de la Iglesia universal, se caería del guindo. O se pondría a dar saltos de tontiloca, que es una manera parecida a reaccionar como ha reaccionado ante la evidencia que cualquier observador puede captar al ver quién resulta beatífico y quién no en esta carrera por llegar a los altares y a las estatuas.

Parece, pues, que Calandria, como fruto de su reciente curso anual, se ha vuelto a convertir, se ha reconvertido. Es lo natural, lo suyo. Lo otro, lo de parecer semidisidente, es una posturita apostólica direccionada por los directores, esos expertos en todo sin saber nada de nada (salvo lo revelado directamente por Dios al de Barbastro).

Y para terminar, antes de coger el yate y poner rumbo al Adriático con un cargamento de biblias y cilicios, quisiera desvelar una pequeña maldad del santo escriba Albás. En una tertulia perpetrada allá por los años sesenta en una capital de provincia fronteriza con la marca hispánica carolingia, un joven ingeniero que luego llegó a dominar ciertas economías mundiales, díjole al presanto con voz trémula: "paaadreee, yooo soooy de Barbaaastroooo". Y la respuesta inmediata, aromatizada con ese aire a lo Paco Martínez Soria, fue inolvidable para todos los presentes: "No te preocupes, hijo mío, eso se pasa enseguida". Todavía hay quienes piensan que eso era como decir ¡Viva Barbastro! Pues eso, Calandria, que viva Barbastro... y el espíritu santo; mejor dicho, tu caricatura instrumental del Espíritu Santo.

Lo dicho, que me voy con el yate. (Ya te vale, Calandria...).

Bastiana.









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