En diálogo con Pepito.- Josef Knechet
Fecha Monday, 24 June 2013
Tema 010. Testimonios


Querido Pepito:

 

Permíteme responder a tus palabras, bastante contundentes, a mí dirigidas en tu aportación del 21.06.2013. Sinceramente, exageras mucho con tu apreciación de que en mi nota del 17.06.2013 intenté “purgar las conciencias de vivos y difuntos”, ya que en realidad me limité a comentar el artículo periodístico de don Antonio Pérez-Tenessa publicado en El País el 13.04.1992. Basta con leer ese artículo, sin necesidad de hurgar en la conciencia de su autor, para constatar el gran sufrimiento personal que causaron en su persona los años de militancia en el Opus Dei. No pretendí hacer un examen de conciencia ajena, sino un comentario de texto, limitándome a resaltar con mis palabras de comentarista lo que el mismo artículo –y no mi imaginación ni mi inventiva– pone en evidencia y saca a relucir. El artículo es por sí solo más expresivo que mis comentarios.

 

No te gustó mi alusión al período histórico del régimen de Franco, al que volví a mencionar en mi más reciente aportación del 21.06.2013 referente a la actual crisis de la mediación institucional. Es posible que tu visión y la mía acerca de Franco sean distintas; de ser así, no nos conviene discutir sobre ello porque esta página web no alberga debates de contenido político. De todas formas, si has leído mi escrito del 21.06.2013, habrás entendido mejor por qué relaciono a Pérez-Tenessa con algunas circunstancias sociológicas del franquismo en el que él vivió. Era la de entonces una situación histórica en que muy difícilmente –por no decir que era imposible– una persona podía rebelarse ante el status quo proclamando la verdad y, acto seguido, ser escuchada y aplaudida por la sociedad; en cambio, en las circunstancias actuales, no sólo gracias a las nuevas tecnologías, sino sobre todo en atención a la “crisis de la mediación institucional” y al creciente desprestigio social de las instituciones, personas como Agustina o como Snowden o masas de gente en Brasil y en Turquía pueden lanzar su voz contra las injusticias en favor de la verdad y ser escuchadas y aplaudidas por grandes sectores de la sociedad. Es esto lo que quería decir con mi alusión al régimen de Franco, en el que las voces discrepantes o bien enmudecían solas –este fue, por desgracia, el caso de Pérez-Tenessa– o bien las autoridades las acallaban a la fuerza.

 

Espero que, con estas explicaciones, nos entendamos mejor tú y yo. Por cierto, fue del todo atinada tu alusión al itinerario jurídico del Opus Dei: “¡Dios mío, cuánto incordio para nada!”. Muy bien dicho: diste en el clavo.

 

Cordialmente

 

Josef Knecht









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