Varias cosillas.- Pepito
Fecha Friday, 21 June 2013
Tema 010. Testimonios


El mensaje del miércoles de  unocomocualquiera reincide en un asunto amplio, importante y repetidamente tratado en esta web. Sólo quisiera hacerle un par de adiciones. Bien mirada, la dirección espiritual en el Opus Dei, al menos la que yo hube de padecer, podría definirse como un saqueo de la intimidad. El facultado para llevarla (que, por lo visto, ahora ya no es un jerarca de la organización, curiosa novedad) entraba como mulo en cacharrería en el alma y conciencia del dirigido, procurando conocer, controlar, anotar y, en su caso, depurar todo pensamiento, emoción o deseo que en ellas se albergaran; es decir, se trataba, ante y sobre todo, de practicar lo que los cirujanos llaman un vaciado, para hacerle sitio a la doctrina de nuestro santo preferido.

 

Por lo demás, y aunque ahora, por falta de tiempo, no puedo aducir testimonios concretos de entre los miles de páginas que he leído sobre el personaje y su obra, creo recordar que Hitler había formulado cierto principio de actuación que venía a significar algo así como “proceder según la mente del Führer”, cosa que provoca cierta desagradable semejanza con alguno de los proclamados por Escrivá. Ahora bien, como ante todo quiero ser justo, conste que ni de lejos considero que a él, que a fin de cuentas no dejó de ser un buen cura, se le pueda comparar con aquel monstruo. Sólo se trata de un rasgo típico del poder personal.

 

Con la última contribución de Jaume creo que se me han aclarado algunas cosas. La principal es que Escrivá se pasó la vida excardinándose: primero, no le sentó bien su humilde Barbastro, ni luego su piadoso refugio de Calahorra-Logroño, ni luego la Zaragoza de su tío, ni luego, si bien se mira, el propio Madrid de su protector don Leopoldo. Evidentemente, era un culo de mal asiento, cuya conducta como seminarista prefiguró perfectamente la que tendría como Presidente General del Opus Dei. Así, yo aún hube de tragarme aquel Catecismo en el que el Opus Dei era un Instituto Secular, ¡el primero!; pero al poco tiempo ya se nos avisó que el Opus Dei era, sin más, una “Asociación de fieles”. Después, cuando yo ya no estaba, supe que el asunto continuaba a trompicones, mientras nuestro santo preferido seguía dando la tabarra en el Vaticano para que le dieran la figura especial que no le dieron. ¡Dios mío, cuánto incordio para nada!

 

                Mi última observación concierne a las alusiones que me hace Knetch. Mi mensaje sobre Antonio Pérez no pretendía ir tan lejos como el suyo, que, al parecer, intenta purgar las conciencias de vivos y difuntos hasta los extremos que incluso la Iglesia dice respetar. Y no es que me acoja a esa autoridad, pues me basta con mi propio criterio. En todo caso, ¿qué coño pinta ahí la invocación a los tiempos de Franco? A mí Franco me hizo jurar la bandera de España, algo para lo que no necesitaba que me dieran ningún empujón; pero no me obligó a ser católico y, menos aún, a hacerme del Opus Dei. Parece que algunos, al hablar de aquellos tiempos, creen estar hablando de los de Fernando VII.

 

Saludos, Pepito

 









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=21266