Para el presbítero Vicente Pazos.- Almita
Fecha Monday, 17 June 2013
Tema 010. Testimonios


Para: "Padre" Sr. Presbítero Vicente Pazos

 

Primero, por ser de bien nacidos, agradecerle por el inmenso favor de ayudarme a salir del opus Dei que, a su pesar, fueron casi 20 años y su "gran" labor "pastoral" dentro de la labor de San Miguel, maltratando almas. Imagino que debe estar muy mayor y espero en Dios que viva y pueda tener tiempo de reparar, expiar y demás cosas que nos explicaron para buen morir, solo le deseo el mayor de los bienes.

 

Como decía vuestro fundador, no eximía de culpa a los que convivieron con el que no perseveró. Su contribución fue abundante. Si bien ya había aprendido a amar el sacramento de la Confesión mucho antes de pertenecer a la obra, afiné más aun dentro de la prelatura y a no buscar consuelos humanos. Así llegue con mucha ilusión, amor de Dios y deseos de entrega, al centro que Ud. atendía y me encontré a un sacerdote que según los mayores ya olía a santidad pero en el trato de almas, solo daba gritos ininteligibles. Y los esperados consejos espirituales eran una "pachotada" que, en algún lado tenían el nombre de Jesús Nuestro Señor y allí en ese nombre y luego de mucho rezar intentaba encontrar algún sentido SOBRENATURAL. Lo expresado por Ud. cargaba mi conciencia con culpas y demás faltas de espíritu. Así empezaron las malas noches que derivaron en angustia y su clara consecuencia depresión a la que me resistí todo lo que pude, pero termine en el lógico proceso: Empastillamiento.

 

En medio de mi angustia. Ud. no le hacía ningún bien a mi alma. Intenté seguir la dirección espiritual con un sacerdote más joven que acudía al centro por otra labor y aunque no podía negarme la confesión, me obligaron a volver con Ud. Ahora sé que Ud. Y los directores estaban equivocados porque me obligaban a una práctica NO PERMITIDA por Nuestra Santa Madre Iglesia Católica, la de no dejar libre elección para confesarse con quien uno elija.

 

Sepa Ud. que además me di cuenta de un detalle, que Ud. trataba así a las almas menos favorecidas económicamente pues en la misma ciudad animaba a otras almas con consejos de irse a comer chocolates a la administración y que luego le avisaran a los directores de turno. Llegué a esta conclusión luego de encontrar ya fuera de la obra, almitas que con su testimonio también sufrieron la tortura de tenerlo a Ud. de "pastor".

 

Los males físicos son más fáciles de entender y hay más ayuda incluso de la ciencia para superarlos o manejarlos. Los males y maltratos morales dejan un huella muy profunda, difíciles de curar, generando traumas de por vida y más aun la ciencia sabe poco. Lo invito a considerar su labor, hay almas están allí todavía tullidas por el trato con Ud. No son pocas.

 

Poniendo el manto de la comprensión y caridad, quizá los sacerdotes que así actúan los obligaron a ordenarse y con el pasar de los años, viendo su triste vida dentro de la obra, se llenan de amargura y se la cobran con los más débiles, quizá solo obedecían órdenes y un largo etc.

 

Ahora a lo lejos solo desearle que termine sus días en Santa Paz de Cristo Nuestro Señor. No olvide que "AL FINAL SEREMOS MEDIDOS POR EL AMOR".

 

Almita tullida









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