¿Alguien cree que Santiago Escrivá vendió los documentos a Scriptor?.- Jiménez
Fecha Wednesday, 12 June 2013
Tema 110. Aspectos jurídicos


Leo que Conrad, de pasada, vuelve a aludir al episodio de la venta  que Santiago Escrivá, hermano del fundador, realizó a Scriptor de los escritos internos por un importe de dos millos de pesetas (12.000 euros) y me pregunto sorprendido si en este capítulo todos estamos todos hablando de lo mismo.

A ver si me logro explicar: según la versión de Scriptor, el señor Escrivá (Santiago) recibe en herencia de su santo hermano todos sus bienes porque aquel no testó,  entre ellos toda o una buena parte de la documentación interna del Opus Dei. Ante ello, Scriptor adquiere dichos documentos abonando para ello los dos millones de pesetas.

Hasta aquí la versión oficial de los hechos; versión que incluso puede estar avalada con papeles jurídicamente válidos.

Ahora lo que yo opino que pasó, que, sinceramente, pensaba que era la de la mayoría pues situaba el debate de estos hechos en un plano moral–legal. Creo firmemente que ni esos documentos internos pertenecieron de hecho jamás a Santiago Escrivá, ni me creo que Scriptor (la Prelatura) entregara nunca dos millones de pesetas por ellos. Como tantas cosas en la Obra, esta aventura formaría parte de esas triquiñuelas en la que tan expertos son. Pertenecería, según mi punto de vista insisto, al mismo capítulo de algunas de las cartas fundacionales que contienen tantas incoherencias que todo indica que fueron escritas a conveniencia años más tarde de la fecha que portan.

Que los cándidos disculpen mi desconfianza pero, por no creer, no creo siquiera que Escrivá (Josemaría, el nuestro) no quisiera o se le olvidara hacer testamento. Simplemente, era más útil. Se me ocurre (es una conjetura, pero pueden haber más) que como Fundador hubiera tenido que testar a nombre de la Obra y que algunas cosillas –los documentos internos, sin ir más lejos- hubieran quedado demasiado al alcance de la Iglesia, que los podría haber escrutado con un detenimiento que no hubiera sido del gusto del futuro santo. Era mucho más sencillo y práctico morir sin testar y que sus pertenencias pasaran por la vía natural a su hermano que no tiene vínculo con la Obra.

Santiago se constituye así en un excelente colaborador necesario de toda la operación. Posteriormente se redacta un documento por el que vende los documentos a Scriptor (que tampoco jurídicamente es el Opus Dei aunque sí lo sea, vosotros me entendéis) y, nada por aquí, nada por allá y tatacháaan: los documentos, que jamás salieron de los armarios del Opus Dei –creo que Santiago no los vio en su vida-, “regresan” a través de una sociedad interpuesta al Opus Dei, sin que posiblemente la Iglesia pueda catarlos con la misma facilidad con la que habrían estado expuestos si Escrivá (Josemaría) hubiera hecho testamento.

Y quien habla de documentos, habla de otras cosas que ni imaginamos.

Dudo que sean santos pero la verdad es que estos tipos son unos artistas.

Jiménez









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