¿Miedo? Se acabaron los miedos.- Agustina
Fecha Wednesday, 12 June 2013
Tema 020. Irse de la Obra


Querida amiga,

 

Lo de hablar con esa persona de la delegación con la que no te apetece mucho quedar, hazlo cuando puedas encontrarte con ella de igual a igual porque, quizá tú la sigas viendo como alguien por encima de ti y con autoridad sobre ti. Vamos, como que tú no estás a su altura porque estás fuera y ella, en tu cabeza e inconscientemente, la ves “fiel” y "en el buen camino". Tienes que ir, si vas, con aire de superioridad y si te pregunta por tu vida interior, que sería el colmo que lo hiciera pero es posible que lo haga, pregúntale tú por la suya y cuáles son sus dudas, sus apegos, sus compensaciones, sus trampas, sus escapes…

 

Tú ya no eres de la obra, no tienes que dar cuenta a ninguna de ellas; ya no hay directoras para ti ni nadie que tenga más autoridad moral que tú. No están en posesión de la verdad ni Dios habla por su boca.

 

Lo que intento decirte es que nadie de la obra es más que tú ni tiene poder sobre ti, ni importa lo que piense o diga. Cuando ellos se dan cuenta de que les tratas y hablas como a una igual, cuando ven que estás contenta con tu nueva vida, se desconciertan.

 

Yo he tenido conversaciones con algunas directoras de delegación y de la Asesoría, y te digo que la persona normal, ahora soy yo. Ellas se ven y las veo como un bicho raro con muy pocos argumentos creíbles para rebatirme alguna idea. Lo de "tener visión sobrenatural" como comprenderás cuando lo utilizan, es una tontería como un piano. Hace años, cuando estaba en la obra, yo hubiera ido a ver a esa persona como súbdita, sin ideas ni pensamiento propio, con miedo a que hubieran “visto” algo mal que estuviera haciendo aunque no tuviera conciencia de haber hecho nada malo. Ahora se acabaron los servilismos y el miedo y soy yo la que, si procede y procede muchas veces, le digo todo lo que están haciendo mal porque son conscientes de que lo hacen y lo han hecho muy mal. Lo han sufrido y lo sufren en sus propias carnes por muy directoras que sean.

 

Haz lo que te pida el cuerpo. Si quieres quedar, queda y si no, no, pero no dejes de encontrarte con esa persona de la delegación por miedo, porque quien tiene que tener miedo ahora es ella, no tú.

 

Un abrazo,

Agustina









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