La mayoría de los humanos pensamos que
la lotería nunca toca... pero basta con preguntarle al agraciado con el gordo
de este año para saber que nuestro pensamiento, por suerte, no siempre acierta.
Hoy se casa una gran persona y una gran
amiga. Yo no sé cómo describir lo que siento: emoción, alegría, milagro, recompensa,
reja-já, nerviosismo...
Yo solo sé que Dios una vez más me deja
temblando y entreviendo que su infinita misericordia es capaz de recomponer
vidas de héroes anónimos deshechas por el Opus Dei desafiando, una vez más y
por suerte, mi pensamiento.
Un abrazo a todos
Arancha