En estos días me han comentado
que en México faltaban santos… es decir, que el Opus Dei no tenía un personaje
canonizable y con fama de santidad. Esto es particularmente curioso pues en ese
país inició la Obra el brazo izquierdo de JM Escrivá, el mismísimo Pedro
Casiaro Ramirez, alias perico. Don Pedro, como le llaman, salvó las castañas
más de una vez a JM Escrivá, haciendo el trabajo sucio en aquellas regiones que
llegaban a puntos muertos o escandalosos en las altas esferas. A México llego
para iniciar la labor en América, y eligió ese país al quedarse sorprendido por
la cantidad de gente que tomaba la comunión. Siguió la estrategia tan probada
de contactar a familias pudientes, con aires aristocráticos, con relaciones en
España para financiar las iniciativas apostólicas (que no proselitistas).
Construyó casas de retiros de donde había ruinas, universidades y colegios.
Entonces la pregunta es: ¿por qué si hizo tanto no es el candidato a santo que
el Opus Dei necesita en México?
Su fuerte carácter y terrible
temperamento –tal vez como yo-, hacen que el número de personas que lo tienen
en un mal recuerdo sean multitud. No me entiendan mal, la gente le tiene el
tipo de agradecimiento de “aquél que los regañó fuerte –por su bien-“. Pero
nadie lo recuerda con cariño, o por sus muestras de afecto.
En nuestros días, ese tipo de
liderazgo está en entre dicho. Una exigencia descontrolada, un hacer que las
cosas sucedan cueste lo que cueste, un voluntarismo férreo no lleva más que a
el sacrificio de muchas personas en el camino. No puedes dejar detrás de ti un
mar de muertos, me dicen. En la empresa son tan importantes los logros
conseguidos como la forma en que se consiguieron. Llegar primero es importante,
pero que lleguemos todos lo es más. A esto le llaman liderazgo, nadie es dejado
atrás. A lo otro se le llama caudillismo.
Pues a falta de candidato, se
ha comenzado una campaña para posicionar a Carlos Llano. Que fue el primer
director de la escuela de negocios y primer rector de la universidad y durante
tanto tiempo delegado del Padre en México. A él sí le reconozco contar con
admiración y cariño de mucha gente. Sin embargo, santo, lo que se dice santo de
altar, me lo pienso. Desde luego existen las opiniones contrarias, las
historias escondidas, las suspicacias dentro y fuera de la Obra… quedará
forzado.
De manera que a falta de
Montses (por cierto que Alexia no figura en la lista oficial, ¿será por la
Película?), Isidoros, Tonies, Cofiños, Del Portillos, y Landazuris… pues habrá
que seguir esperando frutos de santidad. Por cierto que en el sitio de la obra
dice textualmente “La Iglesia ha abierto la causa de canonización de varios
miembros de la Obra que murieron con fama de santidad”, cuando debería de decir
“La Obra ha solicitado a la Iglesia abrir las causas de canonización de varios
miembros de la Obra fallecidos y que propone con fama de santidad”. Es lo mismo,
pero no lo mesmo.
Por último la Obra tendrá que
tener cuidado de a quién y cómo propone. Para estos que estarán en el
escrutinio no habrá Instituto de Estudios Históricos de San JM Escrivá que sea
fondeado a perpetuidad y que tenga como misión la de maquillar su causa, y
encubrir pasados.
Unocomocualquera.