Escrivá indujo a Isidoro Zorzano a una continuada conducta temeraria.- Doserra
Fecha Wednesday, 22 May 2013
Tema 115. Aspectos históricos


En la parte final de su última entrega Jaume menciona el grave riesgo en que Escrivá mantuvo a Isidoro Zorzano para que le llevara –a él y a los que le acompañaban en la Legación de Honduras- alimentos y cartas, así como a encarcelados; y luego a Portillo y a la familia de Escrivá cuando éste se pasó a la zona nacional.

 

En la Obra siempre se nos había dicho que Isidoro no corría riesgo por su condición de ciudadano argentino. Pero ahora nos enteramos que no tenía esa condición por no haber cumplido el servicio militar, aparte de que, como decía la madre de Hernández Garnica, “todos sabíamos que a muchos extranjeros no les había defendido de la muerte el serlo”. Y esto me parece una utilización de las personas que no dice mucho de la caridad de Escrivá, ni de su buen juicio.

 

Como Jaume remite al libro de José Miguel PERO-SANZ, Isidoro Zorzano Ledesma, Capítulo XII: “Por cárceles y embajadas”, la curiosidad me ha picado y, al buscar el libro en Internet, me he quedado de piedra, pues no sólo se narra con detalle la insensatez de inducirle a esa continuada temeridad, sino que le obligó a algo aún peor. Así lo cuenta Pero-Sanz:

 

“A finales de abril [de 1937] el Fundador le ha pedido que prepare la documentación para reclamar al gobierno de la República los daños y perjuicios sufridos por la residencia DYA. Como presidente de la sociedad Fomento de Estudios Superiores, propietaria del inmueble, y alegando su condición de argentino, Zorzano efectuará la reclamación.

En menos de una semana está lista la solicitud y el inventario de lo perdido: muebles, vajillas, ropas, libros, etcétera. El 3 de mayo envía la reclamación a la Embajada de Argentina, en Valencia, para que la curse y «el Estado Español me indemnice de daños y perjuicios».

      Pero las diligencias sufren contratiempos de todo tipo: con los notarios, en Hacienda, etcétera. La mayor dificultad surge cuando la Embajada de Argentina en Valencia escribe a Zorzano rogándole acredite su nacionalidad. Con este motivo queda de manifiesto su frágil situación legal.

      Le dicen que sólo tienen una copia de su partida de nacimiento y que debe presentar un documento original. Isidoro lo pide inmediatamente a Buenos Aires. Pero, entre tanto, le explican con mayor claridad cuál es el problema: no pueden extenderle un certificado de nacionalidad, y «no se puede cursar ningún asunto, ya que no se considera como ciudadano argentino al que no haya hecho el servicio»  militar” (Op. cit. pp. 134-135. Las negritas son mías).

 

Siempre he tenido la percepción de que Escrivá utilizaba a las personas. Pero esto ya me parece demasiado. Y más que, luego, dejaran morir solo en el hospital a quien Escrivá había inducido a exponer su vida por salvar la suya (ver el relato de su muerte en las pp. 233-234 del citado libro de Pero-Sanz). Con cosas así, esta organización no aparece como el mejor lugar para vivir ni para morir.

 

Saludos cordiales,

 

Doserra









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