¿Es el Opus Dei uno de los movimientos laicales?.- Josef Knecht
Fecha Monday, 20 May 2013
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


¿Es el Opus Dei uno de los “movimientos laicales”?
Josef Knecht, 20/05/2013

 

Anteayer sábado, 18 de mayo de 2013, y ayer domingo, solemnidad de Pentecostés, se celebró en Roma un encuentro del Papa Francisco con los nuevos “movimientos laicales” surgidos en la Iglesia Católica a lo largo del siglo XX. Es habitual que ese tipo de encuentros con el Papa, bajo el nombre de “Jornada de los Movimientos Eclesiales”, tengan lugar desde 1998 en la fiesta de Pentecostés, porque es el “Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar”, es decir, el día que la Iglesia dedica a reflexionar sobre la misión de los laicos o seglares en el mundo. ¿Ha participado alguna vez el Opus Dei, que se presenta en su versión oficial como la crème de la crème del apostolado laical, en esas jornadas? Nunca. ¿Cómo es eso posible? El propio prelado, don Javier Echevarría, ofrece la respuesta a esta pregunta que todo el mundo se plantea no sin perplejidad, pues pareciera que el comportamiento del Opus fuese escurridizo como el del “Capitán Araña”…



No me atrevo a calificar el ocultamiento del Opus en las Jornadas de los Movimientos Eclesiales como de un gesto evasivo del “Gran Desconocido”, pues todos sabemos que éste no es el Opus Dei, sino el Espíritu Santo, el cual no se ausenta del día de su fiesta alegando excusas.

Afirma Echevarría en un reciente artículo publicado en el diario italiano Avvenire y recogido en la web oficial de la Prelatura: También ahora –y siempre será así– la Iglesia avanza con el impulso del Espíritu. Todas las realidades eclesiales, tanto las que son manifestaciones diversas de la organización jerárquica de la Iglesia –por ejemplo, las diócesis o los vicariatos apostólicos, los ordinariatos, las prelaturas territoriales o personales– como otras que nacen en el ámbito del derecho de asociación de sus miembros –es el caso de los movimientos o las asociaciones–, son alentadas por el mismo Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Una muestra particular de esa acción del Paráclito es el encuentro de movimientos eclesiales, asociaciones y agregaciones laicales que se celebra el sábado y el domingo en Roma (...) La Prelatura del Opus Dei, por su naturaleza, no participará como tal en esta peregrinación de movimientos. Pero gracias a la comunión eclesial, estaremos todos presentes con la oración y el afecto: los fieles de la Prelatura, junto a tantos otros católicos, vivirán la Pentecostés muy unidos al Papa Francisco y a los representantes de esas instituciones. Además, sin duda muchos asistirán con parientes y amigos a las celebraciones que tendrán lugar en la plaza de San Pedro”.

Hay que reconocer que monseñor Echevarría se expresa con claridad meridiana. Incluye las prelaturas personales entre las estructuras jerárquicas de la Iglesia, equiparándolas “por su naturaleza” –afirma– a las diócesis, siendo así que el actual Código de Derecho Canónico (cánones 294-297) establece explícitamente que no es esa la naturaleza o realidad jurídica de las prelaturas personales. Éstas se encuadran en el fenómeno asociativo de la Iglesia (no en su organización jerárquica), pues son agrupaciones de diáconos y sacerdotes del clero secular destinados a la resolución de problemas pastorales específicos y dotados para su misión pastoral de Estatutos propios. Los Estatutos no se dan nunca en las iglesias particulares, pero sí en las diversas formas de asociaciones en la Iglesia. El prelado don Javier Echevarría comete, por tanto, con sus palabras un grave pecado contra naturam al desvirtuar la naturaleza de las prelaturas personales (tampoco me atrevo a calificarlo de pecado contra el Espíritu Santo, porque me pasaría de rosca). No deja de ser tragicómico que el prelado de la única prelatura personal hasta ahora existente se comporte así con la figura jurídica que ampara su institución.

Asistimos una vez más a la falta de coherencia que empaña la historia jurídica del Opus Dei, repleta toda ella de varios pecados contra naturam:

1) absurda negación del hecho evidente e indiscutible de que el Opus Dei nació y funciona como un fenómeno asociativo;

2) pretensión, no conseguida, de equipararse jurídicamente a una iglesia particular con obispo, presbiterio y fieles propios;

3) praxis interna reglamentada como religiosos, pero recubierta con un ropaje jurídico distinto de los religiosos.

La suma de estas tres causas da lugar al comportamiento contra naturam –extraño, distante y poco natural– del Opus Dei en sus relaciones con las organizaciones laicales de la Iglesia.

Sin embargo, en una sola cosa tiene razón monseñor Echevarría, ya que, si las prelaturas personales son agrupaciones de clérigos, entonces no son jurídicamente asociaciones de laicos; y por ese motivo no tiene sentido que los sacerdotes de la prelatura –ni los laicos que cooperan orgánicamente con las obras apostólicas promovidas por los sacerdotes prelaticios– acudan a las “Jornadas de los Movimientos Eclesiales” que normalmente se celebran en la festividad de Pentecostés. El problema radica en que esta razón (a saber, si la prelatura personal consta sólo de clérigos, no puede ser un movimiento laical) no es la que monseñor Echevarría alega para ausentarse de esas jornadas en el Día del Apostolado Seglar, sino la arriba expuesta (la prelatura personal no es una asociación, sino una iglesia particular). Hago este comentario porque en medio de todo este lío aún queda otro problema jurídico pendiente de solución: ¿los laicos que cooperan orgánicamente con las labores apostólicas promovidas por los clérigos de una prelatura personal pertenecen a la prelatura como miembros plenos de ella o no? Aunque parezca mentira, esta cuestión tan importante todavía no está solucionada por los expertos canonistas de la Iglesia a día de hoy. Esto no llega a ser otro pecado contra naturam, sino sólo un pecado de omisión.

En la página web Opuslibros se ha escrito mucho sobre la naturaleza jurídica de las prelaturas personales y sobre el problema surgido en la Iglesia desde que el Opus Dei fuera erigido en noviembre de 1982 como la primera –y única hasta ahora– prelatura personal. Me remito a un artículo mío del 2.04.2008, dos artículos de Libero del 18.06.2008 y 2.07.2008 y un artículo de Gervasio del 8.08.2012. Además, Daniel M. (9.06.2007) explicó por qué el Opus Dei no se mezcla con los “nuevos movimientos laicales”. Si alguien tiene interés en esta materia, puede consultar estas y otras publicaciones de esta página web.

Josef Knecht







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