Mira guapa!. Para Nicole.- Carmen Charo
Fecha Wednesday, 30 June 2004
Tema 140. Sobre esta web


Yo, como Satur, acabo de caer de una estupenda semana de descanso con mi queridísimo "pedrusquín".

No he podido leer toda la correspondencia de estos días, pero aterricé por casualidad en las duras palabras de los orejas acerca de una tal Nicole y fui buscando sus escritos, cuando me veo nombrada por ella.

Y va y dice que es mentira lo que digo y que mis escritos son malos.

Mira guapa! lo que he escrito es MI experiencia, y tu no eres NADIE para decir que es mentira. Además soy de las personas que firman con su nombre y apellidos y es público mi lugar de residencia, así que cuando quieras, vienes a verme, ya que haces lo que te da la gana y hablamos, me ves, me tocas y me escuchas y verás que no miento. De paso, si quieres, mi marido te dirá unas palabritas también acerca de la razón de tu vida (opusdei).

Escuchándote, te imagino. Quizá esto que voy a hacer no esté bien, pero corro el riesgo de meter la pata. Como tu juzgas lo que yo digo, yo me voy a permitir ver detrás de tus palabras, Así que ahi va.

Si que hay alguna numeraria más como tu, creo que se pueden contar con los dedos de una mano, pero las hay.

Han sido niñas bien, hijas de empresarios de prestigio, o altos personajes de la política, o de la nobleza, en cualquier caso, personas de peso e influencia. O quizá sus padres, de los primeros supernumerarios o cooperadores, seguro incluidos en alguno de los grupos anteriormente citados, dieron fincas para casas de retiro o colegios, aportaron millones de dolares para las obras corporativas, para las necesidades de la obra en Roma... ¡qué se yo!

Y tú eras de esas, y pitaste jovencita. Y estuviste en la administración como la señorita perfecta, siempre mandando, y siempre con la bata blanca impecable, colocando incansablemente las flores en los oratorios, dirigiendo con tus uñas pefectamente pintadas.

Y por ser quién eras, y venir de donde venías, todo fueron parabienes. Claro que tu también usabas el cilicio y dormías en tabla..., aunque la generosidad, solo tú la conoces.

La vida de cualquier numeraria es dura y tú también participaste de ella, claro. No te quito mérito. El que no la hubieses "hincado" hubiese sido escandaloso, y esto tampoco se puede permitir. Tú además eras sincera en tu deseo de entrega. Pero, tú no has vivido la vida de otras numerarias normalitas que han pringado (trabajado) hasta la extenuación, entre ellas yo.

Después de 25 años en la administración, y por lo tanto más perdida que perdida de tus estudios universitarios, va y encuentras trabajo, un trabajo que hacía referencia a tu formación profesional. ¿Y eso cómo fue? ¿Papá te metió en su empresa, o fue tu hermano..., o comenzaste a trabajar en una empresa inmobiliaria de la obra, en la que no figura la obra, por supuesto...? Si dices que trabajas en una empresa que no tiene nada que ver con la obra, permíteme que te diga, como haces tú, que no te creo. O lo demuestras, o te callas.

¡Ves que suerte! A mí sin embargo, (ahora es cuando yo me autocompadezco) no me permitieron vivir ni un día en el centro sin mantenerme económicamente mientras me reciclaba en mi formación profesional para buscar un trabajo externo. Cuando me fui de la obra tampoco quisieron darme la justa ayuda económica que me permitiera realizar algún master o curso.

Y además, tu eres una persona de carácter fuerte, pasional, ¡ya se te ve! Y te han consentido ser así por todo lo anterior, porque les convenía, y a algunos también les han consentido peculiaridades personales en su carácter, en su forma de vida,... para poder demostrar, aunque sea con la excepción, que se respeta la libertad y la peculiaridad personal.

No he leído todas las contestaciones a tus correos y quizá yo repita algo, pero también quiero decirte una cosa, repites demasiado eso de que "Amas o tratas de amar". Yo más bien veo excesiva agresividad en tu forma de hablar. Aplícate el refrán español que dice" dime de qué presumes y te diré de qué careces"

Veo excesivos puños, excesiva fuerza de voluntad en tu vida. No te olvides que es Dios quien hace las cosas.

¿Te duele la obra? ¿Te duele que le podamos hacer daño? No te preocupes. Tu no trabajas por este mundo, y es Dios quien maneja los hilos.

No sufras que al final cada quien se quedará en su sitio. Si tú trabajas por la gloria de Dios ¡adelante!. Si nosotros os queremos condenar ¡dejanos! y respeta nuestra experiencia.

Hay muchas más cosas que querría decirte pero por hoy, vale.

Hasta siempre. Un fuerte abrazo para todos.

Carmen Charo







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