Han aparecido recientemente algunos escritos acerca de las actuaciones y recomendaciones pastorales de algunos sacerdotes opus de cómo manejar el tema de la nulidad o la perseverancia.

De mis casi 10 años en el opus, puedo decir que no se mueve un peón en ese ajedrez si no es para la mayor gloria de Escrivá. La perseverancia forzada en algunos miembros no es tanto por si se salva su alma al final de los tiempos. Sin lugar a duda representa un beneficio tener a este miembro empastillado entre sus filas. No creo necesitar explayarme en detalles que abundan en los testimonios de gente golpeada espiritual y moralmente por esas actuaciones de la obra recopiladas en esta web.

Sí puedo decir que “la obra como un todo en la visión y mente del padre prelado”, no deja espacio para culpar a un director actuando a espaldas del consejo al que rinde cuentas. Nada en la obra queda al margen del filtro “colegial” que se jactan de vivir.

Ejemplos tenemos desde al que “se le aconseja” perseverar o abandonar, porque ellos conocen perfectamente el beneficio ya sea éste de índole económico, apostólico, social, etc., (no es requisito tener carácter, posición y no sé qué más para ser de la obra)

Pues bien los matrimonios de opus se conservan mientras estos representan un beneficio para la obra de Escrivá. Importa poco si el marido (supernumerario, cooperador o simple cristiano) es un borracho, maltrata a su familia, es mujeriego, es un déspota en su hogar luminoso. Lo que realmente importa es que cada mes la aportación mensual llegue puntual a sus arcas o los contactos políticos y sociales se mantengan estables. A la mujer sufrida, amargada, abusada y atormentada por su marido, solo se le dice que soporte, que esa es su cruz, su camino al cielo. ¡Pero que no se olvide de la aportación mensual, claro!

Si en algún caso el marido deja de inyectar dinero o facilitar algún beneficio a la obra, este personaje (como cualquier miembro de la obra en mal plan) pasa a la lista negra. Su presencia, en lugar de representar un beneficio pasa a ser un peligro, quizá desmembrando propiedades o bienes que fácilmente podrían ser obtenidos por la obra, quizá limitando el contacto de los hijos con las labores apostólicas o quizá influenciando negativamente en el ámbito profesional.

De cualquier forma la actuación pastoral de (me atrevo a decir) muchos sacerdotes del opus trae un doble mensaje, y el principal no es siempre el más acertado tratando de ayudar a un alma sufrida por los golpes que el mundo ordinario le propicia. Sé que algunos sacerdotes se juegan el pellejo cuando en conciencia dan un consejo que no es bien visto por la “obra en su todo” pero pastoralmente es el más acertado. Incluso sacerdotes que han dado consejos acertados a las almas en contra de un beneficio directo a la obra, pasan a engrosar la lista negra de los miembros que “no han entendido el espíritu” y caen en desgracia, o sea: se les arrincona y se desconfía de ellos.

Sera la fama que la prelatura y la dirección apostólica con sus directores han hecho de sí mismos, pero dudo mucho que se aconseje un acto como la nulidad matrimonial si ésta no es en beneficio o por lo menos no representa una disminución en daños colaterales a la institución fundada por Escrivá.

Nadie allí adentro actúa por su cuenta y en conciencia. Todo pasa por la mente del padre prelado, o por lo menos por la mente del consejo del centro.

Naranja Agria