Dos José Escriba, el gran desconocido.- Josef Knecht
Fecha Wednesday, 01 May 2013
Tema 115. Aspectos históricos


 

Acierta de nuevo Nicanor (29.04.2013) cuando comenta que don José Escriba es el “gran desconocido” en las biografías de su hijo, José María Escriba y Albás, también llamado Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás. En general, de los padres y hermanos del fundador del Opus se habla poco en la versión oficial de la prelatura. A quien más se elogia es a la madre, doña Mª Dolores Alvás, tal vez porque influyera en su hijo de manera determinante, a modo de “omen”, por emplear la terminología que usa Jaume García Moles en sus estudios biográficos de Escrivá. El olvido de la figura de don José también puede explicarse porque falleció pronto, y lógicamente los biógrafos del fundador se explayan más con su madre y con su hermana Carmen, que vivieron más tiempo; de su hermano Santiago no cuentan casi nada. De todas formas, comparto la sospecha de Nicanor: algún motivo serio –y oculto para los lectores– tendrán los hagiógrafos de san Josemaría para pasar de puntillas cuando se refieren a su padre.

 

Nicanor pregunta si hay alguna publicación oficial de la prelatura acerca de la madre y la hermana del fundador. Que yo sepa, hay una: José María Casciaro, Vale la pena. Tres años cerca del fundador del Opus Dei: 1939-1942 (Rialp, Madrid 1998). Seguramente, don José María Casciaro escribiría por encargo de los directores de la prelatura ese libro, en que se habla bastante de la “Abuela” y de la “Tía Carmen”.

 

Me llama la atención un dato de ese libro recogido en las páginas 124-125. Casciaro refiere que en el año 1940 se asombraba de que los primeros seguidores de Escrivá tutearan a la “Abuela” y a la “Tía Carmen” en sus conversaciones con ellas. Realza así el ambiente familiar de aquella casa, ya que en muchos hogares españoles de entonces se tuteaba –como también ahora se tutea– a padres y abuelos; de ahí Casciaro concluye que en las actuales casas y residencias del Opus Dei se vive el mismo aire de familia que en el año 1940 gracias al poso que dejó doña Dolores, muy elogiada a lo largo del libro. Supongo que al “Padre” también lo tutearían, siendo todos ellos camaradas del mismo sexo; los amigos personales de un sacerdote lo tutean siempre en España y otros países. Hago este comentario porque, en caso de que los primeros hijos del “Padre” hablasen a éste de usted y a esas dos mujeres (la “Abuela” y la “Tía”) de tú, asistiríamos a una situación distinta –tal vez clasista– a la de un ambiente de familia normal y corriente en la que sin distingos de ningún tipo todos se tutean. En cualquier caso, esta contradicción sobre el tuteo no es tan grave como las que denuncia Jaume García Moles (reconozco que es casi insignificante), pero pone de relieve la candidez con que están escritos los testimonios biográficos acerca de san Josemaría por parte de la versión oficial (Daniel M. [29.04.2013] ha denunciado, además, falta de rigor).

 

Doy las gracias a Ana Azanza (29.04.2013) por recordarnos el testimonio de don José Manuel Mindán Manero. Testigos como ese debieran haberse escuchado en el proceso de beatificación de Josemaría Escrivá.

 

Josef Knecht







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