Inscritos y Electores.- E.B.E.
Fecha Wednesday, 30 June 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


Respecto de lo que decía Otaluto ayer, yo recuerdo que un numerario en España había cometido una serie de "irregularidades" financieras y vivía viajando de país en país, como diría la canción. Huía con el apoyo de la Obra, porque se escondía de centro en centro.

La verdad es que esta persona -al menos por el trato que yo tuve- me pareció siempre muy buena. Pero el asunto financiero no era un cuento, ya que otro numerario de suma confianza y largos años, me había confirmado que "fulano" se había "equivocado" y después con el tiempo vi su nombre en diarios y libros (por escándalo financiero).

El tema es que luego de tratarlo personalmente y de no verlo más, tal vez un año, el fulano en cuestión apareció en Crónica junto al prelado actual: una foto en la cual estaban todos los electores y él era uno de ellos. Políticamente se trataba de un apoyo fortísimo y una confirmación personal clara por parte del prelado (además, se sabe que las fotos no están nada improvisadas).

Si uno se lo plantea detenidamente, la Obra estaba encubriendo (hacia afuera) a un sospechoso o directamente a un delincuente y lo estaba respaldando ostentosamente (hacia adentro). Como sucede con ciertos obispos que en lugar de entregar a la justicia a los sacerdotes abusadores, los encubren sin importarle las víctimas. Esto es un delito.

Como dice Otaluto, creo que existe un estatus superior al de numerario, agregado, etc. que son los inscritos (dentro de los cuales están los electores) y por quienes la Obra da un respaldo muy fuerte. Si existe una lista o no, no lo sé (bueno, seguro que sí en el sentido de que tienen registrados quien es inscrito, pero de ahí a que haya un "cupo" no lo sé). Aquellos que pasan un límite y se juegan ciegamente por la Obra más allá de lo moralmente razonable (o sea, están entregados más allá de "la opinión de Dios", por decirlo de alguna manera), la Obra los respalda enormemente y son los que "hacen carrera" o que al salir de la burocracia encuentra "por casualidad" empleo sin problemas (lo que no le ocurre al resto de los mortales). Para estos casos, la Obra sí es una colocadora de empleo.

A esto, de vocación sobrenatural, le veo poco y nada. Parece más bien una organización corporativa del tipo masónico (término al cual tanto me resistía, pero luego de ver estos funcionamientos extraños, no encuentro otro sinónimo por ahora).

Creo que hay un "último piso" al cual se accede por una escalera restringida para la mayoría, a menos que se pase "el examen", pero ese es un punto de no retorno. Y si alguno retorna, le sucederá lo que a Carmen Tapia: persecución y denigración.

Saludos,
E.B.E.







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