VOLVER A NACER.- UBIVULT
Fecha Monday, 29 April 2013
Tema 010. Testimonios


Queridos todos !

Como no sentirse conmovido leyendo el testimonio de HERALDO: "Ad mentem Patris"?

Qué maravilla descubrir en su relato cómo actua el Espiritu Santo en el alma deseosa de discernir lo que es justo y lo que no lo es.

Heraldo nos cuenta una vivencia larga, con una gran y sincera entrega en el seno de la Obra. Pero, al cabo del tiempo, algo no va, lo intuye. Desgraciadamente, no puede escuchar con más atencion la voz interior que le quiere alertar: le dan farmacos para acallar esa voz interior, soplo del Espiritu en su conciencia abierta.

Aprovecho para decir que el 90% de las depresiones son un sintoma de falta de sentido existencial auténtico, de alienacion de sí mismo: por eso, cabe decir que la depresión puede constituir un "regalo"-aunque a veces muy doloroso- para atraer nuestra atención sobre la necesidad de un "VOLVER A NACER" a sí mismo y a la vida que nos corresponda. Resulta trágico en cambio que cuando uno en la Obra comienza a barruntar -toque del Espiritu- que está jugando una comedia, le digan : "Pues sí, bendita comedia que tiene a Dios como espectador!" porque impide que el interesado dé crédito o intente comprender el porqué de ese sentir interior, de vacio, de absurdo, de fatiga psíquica.

Abundan en esa web los testimonios de quienes supieron tarde o temprano escuchar la voz del Espiritu (esa sensación de estar en lo justo sin que importe lo que digan los demás, aunque fuesen directores) y avanzar, a veces dudando, hacia esa verdad que se intuye. Por eso quieren tapar esa voz y te dicen que es la soberbia, el diablo que te susurra esos pensamientos. ¿No os parece pecado contra el Espiritu  impedir a uno que escuche la voz de la propia conciencia donde sopla el Espiritu? Deberían ayudar a discernir (eso sí que es acompañar espiritualmente), aunque no vaya en la dirección que a ellos les gustaría - por motivos de estadisticas. A ese propósito, recuerdo el día en que le dije a un director que me quería convencer de lo que tenía que hacer si tenía buen espíritu, sosteniendo que me equivocaba: "prefiero ser sincero en mi error que hipócrita en tu verdad!" ¡Qué liberación! Qué gusto da asumir mi condición de ser libre -con que me creo Dios, asumiendo también el riesgo de equivocarme (que será lección en el camino si trato de sacar las ensenanzas de lo que viví). Nadie ya me podrá robar ese don precioso de mi conciencia libre que dignifica mi persona y confirma mi fiiliación divina. Por desgracia, como bien lo indica Heraldo, eso es precisamente lo que la Obra se apresura a quitarte: el criterio propio, la brújula interna de la conciencia personal que te indica el camino justo mientras quieras ser atento y dócil al Espritu que allí anida.

Heraldo, gracias, mil gracias! Espero que te das cuenta de que los muchos años que pasaste en la Obra constituyen un tesoro de experiencia para todos los que te lean para entender mejor lo que vivieron (o quizas viven actualmente) y poder actuar en consecuencia. Permíteme, a ti, amigo, a ti Heraldo, dedicar esas palabras: "Quam speciosi pedes evangelizantium pacem, evangelizantium bona!".

Que Dios te bendiga con total abundancia y te de la paz del corazon !

UBIVULT









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