Respuesta a Josef Knecht.- Jaume García Moles
Fecha Wednesday, 17 April 2013
Tema 115. Aspectos históricos


Ante todo, quiero agradecerte tu interés con que sigues mis envíos.

A tus dos observaciones, respondo con una solicitud de tregua condicional, en el sentido de pedir, a ti y a otros lectores, que tengan un poco de paciencia, para que así puedan formarse una idea cabal de todo el trabajo, y de todo el cuadro que resulta de él.

Se ha repetido ya, en Opuslibros y en otros escritos, que pretender dar a conocer a Escrivá es una tarea poco menos que imposible, porque es un personaje contradictorio, de cuyas palabras y acciones puede deducirse cualquier cosa. Por eso, es también conveniente esperar: no puedo, en una introducción, explicar con detalle los meandros y circunvoluciones de su vida y modo de ser: se necesita contemplar el cuadro entero, y ni así.

A tu primera observación, Josef, te diré que en mi texto no he dicho que fuera algo malo para un sacerdote dedicar algún tiempo a ejercer una profesión civil. Estaba hablando de la decisión de Escrivá, no de cualquier sacerdote. Y no de ejercer una carrera civil sino de “la aspiración a una realización humana, una gloria humana.” Y añadí que entre esas aspiraciones humanas se encontraban cosas como las de promover una obra apostólica, la carrera de Leyes, ser director de una academia, ser sabio, o catedrático de universidad, diputado o canónigo. Es decir, incluí cosas apostólicas que evidentemente son compatibles con el sacerdocio. Es la intención a lo que me refería: gloria humana, hacer algo grande, como le había anunciado su madre. Todo ello compatible con un trastorno de personalidad.

Es verdad que añadí que para que sea auténtico, el sacerdocio requiere una entrega total de vida. Pero no he dicho que haya de ser párroco. Sí diré más adelante que, en 1925, el sacerdocio pasaba por el juramento o promesa de obediencia al ordinario que le incardinaba: en ese sentido requería entrega total (no sé cómo hacen ahora los que se ordenan). Eso no quita que el ordinario pudiera destinar a un sacerdote a estudiar Derecho, por la necesidad que tiene toda diócesis de enfrentarse a problemas civiles. O que, siendo fraile y jardinero, descubriera dando gloria a Dios las leyes de la herencia (Mendel). Pero lo cierto es que el primer destino que le asignaron fue el de Regente auxiliar de una parroquia o sea, substituto del párroco mientras durare la enfermedad de éste.

Sobre tu segunda observación, no haré comentarios porque es asunto, ése de la capacidad de Escrivá, difícil de argumentar con fundamento en un sentido u otro. Y al ser materia de apreciaciones personales, conduce muchas veces a discusiones “en vacío”.

Ya puedo adelantar que varias de las conclusiones que exhibiré serán, para los que hemos conocido desde hace muchos años la obra de Escrivá, verdaderas sorpresas, como lo han sido para mí. No es extraño que todavía haya quienes siguen pensando, como ocurrió con Javier Ayesta cuando era director de la Oficina de Información de la Obra, que Escrivá comenzó la carrera sacerdotal después de haber terminado los estudios de Derecho. O que todavía se siga diciendo de vez en cuando en Opuslibros que Escrivá no terminó Derecho, que no obtuvo el título de doctor, que se puso a estudiar Derecho porque se murió su padre, o que se puso a estudiar Derecho después de ordenado sacerdote. No es extraño, digo, porque siempre fueron temas oscuros, sobre los cuales se decían cosas confusas y equivocadas, quizás porque nadie quería o podía aclarar detalladamente toda la problemática de los estudios de Escrivá, y porque los hagiógrafos, para tratar de salvar la cara al personaje, quisieron convencer a sus lectores de que no simultaneó los estudios eclesiásticos con los de Derecho civil, ya veremos por qué.

Jaume García Moles









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=21066