No lo pienses más…- Mediterráneo
Fecha Wednesday, 03 April 2013
Tema 010. Testimonios


Ha pasado el 19/03, ha pasado la Semana Santa con sus exámenes particulares de unirse a la cruz de Jesús y de vivir la mortificación incluso el domingo de Pascua, y vuelve la vida normal, la rutina de todos los días. Profesores de obras corporativas y/o labores personales, oficiales de delegación, asesoría y comisión… tod@s habéis vuelto a los horarios habituales y al quehacer cotidiano.

El 19/03 renovasteis. Unos porque todavía no habéis hecho la fidelidad y ya se encargaron directores, celadores y encargados de grupo de asegurar que lo habíais hecho, otros (por vuestro bien quiero creer que la mayoría) por devoción y para renovar vuestro compromiso con Dios con la ilusión del primer día, etc.

Si eres de los que esperaba que pasaran estos días porque el centro se le caía encima, se ha hartado de tener que consultar los planes con el/la celador/a, ir a los oficios con X o Z ha sido una mortificación mayor que dos horas de cilicio, ni compara, y en una palabra, mejor volver a la rutina, tan llena de cosas que hacer que no da tiempo a pensar…

- Si eres de aquellos que, durante y después de estas minivacaciones, se siente vacío por dentro…

- Si eres de aquellos a quienes la renovación ha dejado indiferente y piensas qué suerte que ya está hecha y por lo menos queda un año por delante para pensar en la próxima…

- Si eres de esos, este post va para ti. Me gustaría que pensaras. No en global y en colectivo, sino en ti mismo, por una vez y para variar. No en Dios, que – dicho sea de paso – te quiere feliz en este mundo también, no en esa peña, no en compromisos, fidelidades, obligaciones o manos en el arado sino en tu felicidad…

- Si eres de esos y has llegado hasta aquí, ¿eres feliz, de verdad? ¿Te llena vivir hoy aquí, mañana allí, con casi desconocidos a quienes abandonas – y te abandonan – después de cinco, seis, dos años porque van – vas – a vivir a otro sitio y si te he visto, no me acuerdo? ¿Te llena compartir el círculo breve y sus temas obsoletos que puedes recitar incluso dormido, con gente a la que sólo te une un pretendido fin común y de quién jamás te hubieras hecho amigos en otro ambiente? ¿Cómo son tus tardes de domingo? ¿Y cuando no hay fútbol o Fernando Alonso o Dani Pedrosa han corrido a las 04:10 porque el Gran Premio es en la otra punta del planeta? ¿Y cuando los supernumerarios tienen otros planes y llaman para cancelar la charla? ¿Y cuando no encuentras a nadie para salir porque parece que todos tienen cosas mejores que hacer que pasar el rato contigo?...

No te pregunto esto para molestarte, herirte o hacerte daño. Te lo pregunto para que pienses en el sentido de tu vida, no el que te dicen que tiene sino el que tú, a solas con Dios, delante del sagrario, debajo de un pino o en medio de un atasco, sientes que tiene. ¿Estás contento o estás conformado? ¿Te imaginabas acabar así? ¿Te gustaría que algo cambiara en tu vida? ¿Tienes ilusión? No por las nuevas vocaciones y la labor que se ha iniciado en la conchinchina sino por TUS proyectos, TUS planes, TU futuro, TU vida. ¿Tienes esa clase de ilusión?

No sé cuáles son tus circunstancias personales y, a decir verdad, no pueden importarme menos. Sí sé que ese “desaguadero” llamado charla fraterna no es más que una pantomima que pretende – y consigue – controlar al individuo y que a ti no te basta porque necesitas hablar de más cosas aparte de la atención en la oración mental, el cuidado del examen particular o la puntualidad a la hora del Regina Cæli.

Por eso escribo este post: hablemos. Tienes mi palabra de que no intentaré convencerte de nada y me da bien igual si estás dentro o fuera, este ofrecimiento viene de que me duele, más de lo que imaginas, pensar que no tienes a nadie que te escuche de verdad, que se preocupe por ti no como numerari@ o agregad@ sino como persona, como ser humano que necesita vaciar el saco y no tiene ni dónde ni con quién.

Hablemos. No tienes que decir quién eres ni dónde estás, lo que digas quedará entre tú y yo y tú dejarás de escribir cuando te parezca bien, pero por lo menos sabrás que alguien te escucha y se preocupa por ti como persona.

¿Por qué hago esto? Lo he comentado en otras ocasiones: porque no tuve a nadie que me escuchara cuando estaba dentro y las pasaba más p*** que Caín, y me prometí a mí misma que si podía, evitaría que otras personas pasaran por lo mismo. Ésa es la única razón.

No lo pienses más: mmctranslations@gmail.com

Mediterráneo









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