Cuelga en internet un libro escrito en el 2010 por los amigos el cardenal Bergoglio y Abraham Skorka, rector del seminario rabínico de Buenos Aires y desde hoy mismo a la venta. Entre otras cosas, el actual Papa expone su pensamiento sobre los fundamentalismos religiosos, concluyendo que tampoco faltan entre los católicos. ¿En quién estaría pensando?. ¡Se aceptan sugerencias!

¿Por qué no organizamos una porra a ver quién gana, si un día el Papa explicita su pensamiento? Sería muy interesante reflexionar y comentar el contenido de las perlas que os copio:

"Sí, se multiplicaron unos pequeños grupúsculos restauracionistas; yo los llamo fundamentalistas. Como usted dijo, en este cúmulo de incertezas les dicen a los jóvenes: “Hacé así y asá”. Entonces un pibe o una chica de diecisiete o dieciocho años se entusiasman, le meten para adelante en directivas de rigidez y, en verdad, les hipotecan la vida y a los treinta, explotan. Porque no los prepararon para superar las mil y una crisis de la vida, los mil y uno fallos que uno tiene, las mil y una injusticias que uno comete. No tienen elementos para conocer o entender lo que es la misericordia de Dios, por ejemplo. Ese tipo de religiosidad, bien rígida, se disfraza con doctrinas que pretenden dar justificaciones, pero en realidad privan de la libertad y no dejan crecer a la gente. En gran parte terminan en la doble vida". (Agus, para tu tranquilidad y la de todos, contrastad esta afirmación del Papa con las del vergonzoso documento interno que nos colgaste).

"En general, en las religiones, se mira a los fundamentalistas como bichos raros. Por eso es muy importante la percepción del líder religioso sobre los grupos fundamentalistas de su comunidad. Pero hay un instinto que nos hace decir: 'este no es el camino que yo quiero'. El mandato del Señor es 'Camina en mi presencia y sé irreprochable'. A uno, cuando camina, le pasa cualquier cosa y eso Dios lo sabe comprender. Dentro del ser irreprochable está el arrepentimiento por los errores cometidos y la reasunción del Señor. El fundamentalista no puede tolerar un fallo en sí mismo". "Este tipo de fundamentalismo restauracionista también es opio, porque aleja del Dios vivo. El opio es un ídolo que te aliena, como cualquier ídolo. Reducen a Dios a un ser a quien vos podés manejar con las prescripciones: 'Si hago esto me va a ir bien, si hago esto no me faltará nada'. Es una forma de comprar el bienestar, la fortuna, la felicidad. Pero deja de ser el Dios vivo, el que te acompaña en el camino".

¿Empezamos la apuesta?. Si fuera militante del Opus Dei (sí, ya sé, no son militantes, son miembros) diría que el arzobispo Bergoglio debía estar pensando en algún grupúsculo de herejes que debió florecer en la Toscana del siglo XIII, porque, por supuesto, en la iglesia actual no existen fundamentalismos; pero como no soy del Opus Dei y sí sé que existen fundamentalismos institucionales y personales, apuesto, institucionalmente, por quienes todos pensamos, aunque me gustaría cambiar algún día el sentido de mi voto, pero hoy por hoy no es posible.

Franciscus