Felicitaciones a Heraldo.- Josef Knecht
Fecha Friday, 22 March 2013
Tema 010. Testimonios


Querido Heraldo:

 

Te felicito por tu último escrito autobiográfico (20.03.2013), tan sincero y contundente. Y sobre todo te felicito porque en los últimos diez años de tu vida te hayas reencontrado contigo mismo siendo más feliz que en los decenios malvividos en la Obra de Escrivá. Todo lo que expresas en lenguaje vivencial me ha recordado las reflexiones del libro de E.B.E. El Opus Dei como revelación divina...



También estoy de acuerdo con tu afirmación de que la Filosofía no interesa en el Opus por sí misma. Hace varios años me relacioné con filósofos de la Universidad de Navarra y te puedo asegurar que me causaban la misma impresión que a ti: cuando alguno de ellos impartía charlas formativas en los círculos breves o en convivencias, era notorio en sus argumentaciones que aceptaban las exigencias del Opus desde un voluntarismo aplastante, impropio de un buen pensador; para ellos era la única manera de amoldarse a los dictámenes institucionales. Y así se explica que muchos filósofos numerarios hayan abandonado la Obra de Escrivá en los últimos años: en cuanto dejan el voluntarismo y vuelven a ser ellos mismos, descubren que están en el Opus como un pulpo en una cochera. Que yo recuerde, el único numerario filósofo que se apartaba un poco del estilo estándar de dar charlas de formación a otros numerarios era Rafael A.; las charlas formativas de este profesor, dotado de gran bonhomía en su personalidad, contenían un argumentario filosófico y ético inusual en los otros filósofos cuando cumplían el encargo de impartir charlas de formación. Siempre hay excepciones que confirman la regla.

 

Comparto contigo tu queja de que la Iglesia ha sido y es –al menos hasta la fecha– el principal amparo que da cobijo a la doble vida de esa institución. La jerarquía de la Iglesia Católica autoriza y respalda la “versión oficial” del Opus Dei, bajo la cual se esconde la vida real de la Obra de Escrivá. Sería deseable que la jerarquía eclesiástica descubriera el engaño, pero no va a ser fácil, porque a ningún gobernante le gusta –más bien le avergüenza, sobre todo si se trata de unos gobernantes que dicen actuar bajo la asistencia del Espíritu Santo– tener que reconocer que se ha equivocado o se ha dejado engañar de una manera tan estrepitosa durante largo tiempo; además, el Opus ha sabido entretejer intereses creados con la jerarquía católica, de manera que a esta le resulta casi imposible deshacer una madeja a la que hasta ahora ha dado su más pleno consentimiento y en la que está bastante enredada.

 

Te pongo un ejemplo –podrían aportarse muchísimos más– sobre el maridaje institucional entre Opus Dei y jerarquía católica: el celibato sacerdotal. El Opus Dei lo defiende a uñas y dientes porque, como bien afirmas en tu escrito, los laicos numerarios y las numerarias son esenciales para el sostenimiento institucional de la Obra escrivariana. No pasa así con los Legionarios de Cristo, en que los laicos célibes ocupan un papel mucho más secundario que en el Opus: en la Legión de Cristo y en el movimiento laical Regnum Christi los sacerdotes son la columna vertebral de la institución; en cambio, en el Opus Dei los numerarios y numerarias célibes son la columna vertebral de la institución; esta diferencia en la estructura organizativa es relevante. En el supuesto caso de que la jerarquía católica suprimiera la obligatoriedad del celibato sacerdotal y comenzara a haber clérigos casados junto a clérigos solteros, ¿a qué persona joven se le podría convencer para hacerse numerario/a célibe? Si a fecha de hoy ya hay escasez de numerarios, ¿qué pasaría sin el celibato sacerdotal obligatorio? La no obligatoriedad del celibato sacerdotal podría ser mortal para la existencia del Opus Dei, de ahí que éste presione sobre la jerarquía eclesiástica para que el actual status quo no se modifique. Entre Opus Dei y jerarquía católica hay más intereses entrecruzados de los que a primera vista parece. Y este ha sido sólo un ejemplo entre otros muchos.

 

Sin embargo, a tenor de cómo Benedicto XVI trató a la Legión de Cristo y a su fundador, no nos hemos de desanimar y tal vez veamos que la jerarquía eclesiástica, reconociendo el error de dar cobijo a una institución que con su doble vida (versión oficial y praxis real) causa tanto daño a tanta gente, deje de dar amparo a la Obra de Escrivá. Al fin y al cabo, es contraproducente para la eficacia de la “nueva evangelización” la actuación de instituciones tan dañinas. La jerarquía católica debería caer en la cuenta de este problema.

 

Te animo, pues, cordialmente a seguir el rumbo de estos diez últimos años con la esperanza de que tu felicidad aumente de día en día. Esto es lo más importante.

 

Un cordial abrazo

 

Josef Knecht







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