En mis años del Opus me tocó vivir la elección de 2 papas: Juan Pablo I y Juan Pablo II. Yo era entonces un vil adscripto recién pitado, pero aunque me enteraba de poco, el clima de nerviosismo que se vivía en el Opus se notaba. Se insistía que había que rezar para que el Espíritu Santo iluminara a los cardenales electores. El Opus se jugaba mucho con la elección, un papa pro-opus o anti-opus podía cambiar totalmente las reglas de juego. Si salía un papa progresista, simpatizante de la teología de la liberación (que entonces estaba de moda en ciertos ambientes eclesiásticos) podría haber sido nefasto para la mafia de Dios.

El Opus en aquella época se sacó la lotería: Juan Pablo II fue un papa muy popular, que le dió mucha vida al Opus, aprobó su erección en prelatura personal, canonizó a Escrivá en tiempo record y tuvo una linea totalmente conservadora, como al Opus le gusta.

Luego con Benedicto XVI las cosas se deterioraron un poco, pero digamos que fue un papa neutro para el Opus. Mantuvo la linea conservadora, no tomó ninguna medida que pudiera perjudicar al Opus, pero tuvo algún gesto que a la prelatura no le gustó. Nunca van a salir a criticar al papa abiertamente, pero hay muchos detalles que se han comentado en Opuslibros que indican que las relaciones Ratzinger-Opus no eran demasiado cordiales.

Ahora con la elección de Francisco, me da la impresión de que las cosas han empeorado ya más notoriamente para la santa mafia. No tengo ningún dato concreto sobre la relación de Bergoglio con el Opus, pero ya el hecho de que sea jesuíta y que tenga una fuerte inquietud social por los pobres, alcanza para concluir que en Bruno Buozzi no están descorchando botellas de champagne.

Atomito