Me olvidé de la visión sobrenatural.- Manzano
Fecha Friday, 08 March 2013
Tema 060. Libertad, coacción, control


Ante todo, felicidades a Agustina. Las altas cuotas de reciente protagonismo, sobre todo en los ámbitos opusinos, revelan un éxito demoledor e incuestionable. Algo se debe estar haciendo bien para provocar tanta inquietud en la Prelatura. No sólo algo, si no mucho, pues sin duda lo más importante de esta web sigue siendo el sólido apoyo que brinda a quienes lo necesitan, principalmente a las numerosísimas víctimas que produce Opus Dei. Y alguien debía hacerlo, ya que esa institución teóricamente cristiana no lo hace, sino todo lo contrario.

Conocemos al dedillo el lenguaje que utilizan, sabemos perfectamente de sus argumentos y discursos para neutralizar las abrumadoras y certeras críticas que reciben, principalmente de testimonios, de personas que han estado dentro. Hablamos pues con conocimiento de causa. Y eso no lo soportan, ya no lo pueden negar más, se les escapa a su control y les espanta tremendamente...



Cuando dicen que hay que ignorar esta web significa que están muy preocupados, o sea, que esta web es muy influyente y dan fe de ello. Hacen un llamamiento para recibir iniciativas que absorban el supuesto "mal” que hacemos: siguen afincados en las antípodas de la caridad cristiana con una posición situada cada vez más lejana a la de reconocer sus errores y al inmenso daño que generan. Su “verdad” es cada día menos verdad, pues incluso muchos miembros de sus propias filas condenan su propio proceder. Da mucha tristeza oír a sacerdotes numerarios afirmar que el prelado Echevarría mintió descaradamente en esa carta famosa sobre la dirección espiritual y el gobierno, por ejemplo.

De la lectura del comunicado interno publicado este pasado miércoles se deducen muchas cosas y todas muy buenas para Opuslibros. Afortunadamente nada bueno para ellos, pues quienes salen peor parados son los autores de esas notas internas y por tanto la propia institución. También para los sufridos directores locales, que ya no saben cómo afrontar la realidad, se les acaban los malabarismos y escasean argumentos que les permitan ejecutar los antiguos trucos. La eterna teoría de la conspiración y persecución ya no les vale, agotaron toda credibilidad. Toma fuerza, por el contrario, el protagonismo del duro enfrentamiento y denuncia de Jesucristo contra escribás y fariseos. Ese es nuestro referente evangélico.

Es curioso que por más “visión sobrenatural” que intente yo ahora ponerle al asunto –estuve algo descuidado últimamente-, en peor posición se queda todo ese circo transcendental. O ellos tienen la patente de esa particular clase de visión y el resto de mortales somos unos miopes infranaturales o habrá que pedir arbitrio a las instancias eclesiales que nos confirme o desmienta esa pretendida exclusividad divina. Que nos aclaren que si aquellos jefecillos de Roma que habitan en la calle Bruno Buozzi tienen la potestad de otorgar y decidir quién tiene a Dios y quién no.

Sería lo mismo decir que los que no tienen esa “su” visión sobrenatural no pueden enjuiciar "su" obra, porque de entrada se equivocarán. Ahondan de paso en la condena a quienes algún día tuvimos la ocasión de “ver” y nos atrevimos posteriormente hablar. Esa prepotencia simplemente los anula, los desautoriza y los reduce a impositores de una burda y limitada visión de canuto.

Es más de lo mismo, siempre el mismo discurso, los propietarios de la verdad son ellos y los demás estamos de realquiler, en el mejor de los casos. Se confirman una y otra vez, obsesivamente, en su recalcitrante fanatismo; aunque ese blindaje afortunadamente y gracias a Dios ya se les está descomponiendo. Jamás pensé que una visión sobrenatural pudiera implicar tanta ceguera y que la mentira fuera hija, quizás bastarda, de esa peculiar visión. Es estremecedor, por no decir patético.

Lo que sí vemos muy claro es que, para ellos, las evidencias dejan de serlo cuando se usa su estampita corporativa por lente. Eso ya lo hemos experimentado y lo confirmamos muchos de nosotros. Por desgracia, la única que realmente está herida no es sólo la propia institución. Probablemente ni siquiera es consciente, al menos en apariencia, de la brecha que lleva arrastrando, que está sangrando y agrandándose con el tiempo. La gangrena de ese miembro oscurece y deprime al cuerpo entero de la Iglesia Católica, que les da cobijo y falsa inmunidad. Ese es el gran problema, eso es lo que realmente debería preocupar. Por lo demás, como si quieren armar la de San Quintín, pero lo que es seguro es que jamás conseguirán quitarnos a Dios ni el derecho y deber a denunciarlos.

Manzano







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20913