Traición a la tradición (I).- Desconcertado
Fecha Monday, 25 February 2013
Tema 060. Libertad, coacción, control


La crítica (basta acudir a internet para comprobarlo) es unánime al calificar el artículo sobre la renuncia de Benedicto XVI al papado, de Yago de la Cierva, destacado miembro del Opus Dei, como lamentable. En muchos estamentos causó pena leer su escrito. Más lamentable aún es la publicación posterior, en un diario digital, en la que Yago de la Cierva trató de justificar lo injustificable.

El artículo de marras es, en primer lugar, una falta de educación. Hasta ahora nos parecía impensable que alguien que se dice católico y en comunión con la sede de Pedro escribiera acerca del Papa actual y de la elección del sucesor en los términos, tono, y utilizando los símiles como lo hace el señor Yago de la Cierva.

En segundo lugar, es una falta de delicadeza con el Papa Benedicto lanzar a una publicación como el diario español El Mundo el exabrupto pseudointelectual del señor Yago de la Cierva. Si realmente Yago de la Cierva, profesor de la universidad eclesiástica del Opus Dei, lo que quiere es explicar la diferencia entre la tradición con mayúsculas y la tradición con minúsculas, y su interpretación acerca de cuál de las dos es la importante, que lo haga en alguna de las revistas científicas que haya sobre su especialidad (a la vista de lo que ha escrito dudo mucho de que este señor cultive ciencia o especialidad alguna). De cualquier modo, las respuestas al debate teológico sobre la tradición mayuscalada o minusculada correspondería buscarlas al Hombre del Burofax...  



En tercer lugar, es una falta de respeto juzgar tan a la ligera en términos peyorativos al Papa. En sus líneas hay muchas más afirmaciones y palabras negativas que positivas. Si, a modo de ejemplo, Yago de la Cierva no hubiera querido transmitir una imagen negativa acerca de la renuncia de Benedicto XVI, no habría definido al Papa ya en las primeras lineas como una persona "que se ha ido encerrando en su mundo"; Yago de la Cierva nos presenta un Papa desconectado de la realidad. Y así, razonando desde este presupuesto de partida (inventado y erróneo) llega a afirmar que "en el último periodo, incluso los temas centrales en su Pontificado han ido adquiriendo forma sin su intervención directa".

 ¿Acaso tiene Yago de la Cierva información privilegiada como para afirmar semejante cosa? ¿Quién se la facilita? Es muy grave lo que sostiene Yago de la Cierva: que el Papa realmente no gobierna la Iglesia. Este modo de razonar que utiliza Yago de la Cierva es muy Opus Dei, muy de Casa: pretender construir verdades a partir de varias mentiras juntas. Si Yago de la Cierva conoce esta situación (un Papa aislado, una Iglesia sin gobierno...), ¿por qué acude a un medio de comunicación a difundirlo? ¿No es esto una deslealtad, lo que los ciudadanos civiles normales llamamos un delito de lesa majestad, o de alta traición? Si lo que el señor Yago de la Cierva dice es verdad, y él quiere ayudar a la Iglesia en esta controvertida encrucijada, debería callarlo al mundo (por su posición institucional de profesor de una universidad católica) y expresarlo en el foro más conveniente.

Ahora bien, si lo que pretende Yago de la Cierva es hacer daño al Papa Benedicto XVI, ahora saliente, se ha pasado de listillo y ha calculado mal el tiro. ¿Por qué no escribió el señor Yago de la Cierva un artículo de opinión divulgando la corrección que hizo el Papa Benedicto al Prelado del Opus Dei sobre la fraudulenta dirección espiritual del Opus Dei y que dio lugar a la carta de octubre de 2011? Bien que podría haber titulado entonces sus letras "traición a la tradición", porque precisamente ese titular condensa el mensaje que entonces recibió el Prelado Echevarría sobre la confusión en la prelatura del gobierno y la dirección espiritual. Y es un asunto que interesaría divulgarlo a nivel mundial, porque el Opus Dei está extendido (con sus aciertos y sus errores) por los cinco continentes.

En cuarto lugar, es una falta de caridad cristiana al más alto nivel, cometida contra el Romano Pontífice. Sembrar públicamente sospechas sobre una posible crisis espiritual (entendiendo el término en cualquiera de las acepciones del diccionario) es algo que ningún hijo que tenga un mínimo de respeto hace con su padre. Y el señor de la Cierva, lo ha hecho. Comparar la situación del Papa con la de uno de su edad que se divorcia, no merece más comentario porque el autor se descalifica a sí mismo.

En quinto lugar, y esto podría haber zanjado de inicio el debate, la ignorancia del señor Yago de la Cierva es manifiesta. ¿No está prevista la renuncia de un Papa en las leyes de la Iglesia? Sí. ¿Es un derecho del Papa? Sí. ¿Es legítimo? Sí. Entonces, ¿quién es el señor Yago de la Cierva para tratar de entrometerse en la vida privada, en la intimidad o en la conciencia de Benedicto XVI, o para emitir opiniones o entrar en elucubraciones acerca de la necesidad o no de la renuncia, de las motivaciones, de los intereses, de la conveniencia, de las comparaciones? El Papa está ejerciendo un derecho. Y lo está haciendo libremente. El ejercicio de los derechos no se critica, se respeta. Podría justificarse el vomitorio del señor Yago de la Cierva en el caso de que hubiera hecho "una valoración política" de la renuncia del Papa, en tanto que Benedicto XVI es también Jefe de Estado. Pero no es así, Yago de la Cierva trata de bucear en el pensamiento de un Papa, metiéndose donde no le han llamado para explicar lo que no sabe. No me sorprende que el señor Yago de la Cierva se haya pasado de listillo también en este punto, y es que de raza le viene al galgo: en el Opus Dei ni tienen libertad ni tienen derecho, y por tanto, no saben respetar el de los demás. No se entiende lo que Yago de la Cierva ha escrito ni por qué lo ha escrito. El artículo parece más el zarpazo de un zorro malherido que quiere dejar su garra en la faz del cazador que las cariñosas letras de agradecimiento y despedida de un hijo a su padre. Tampoco se entiende que un señor que se dice del Opus Dei -paladines de la perfección del trabajo profesional, que predican la santificación del trabajo bien hecho, que cuidan las cosas pequeñas según aprendieron en la escuela de Mariano, etc., etc., etc.,- en un momento histórico de la Iglesia y del papado, se lance a escribir nada más y nada menos que sobre el mismísimo Papa, y envíe a un diario digital una justificación-rectificación al artículo pocos días después, del siguiente tenor: "(...) reconozco que el símil del divorcio es desacertado, y que la revisión final a toda prisa para ajustar el texto al espacio realmente disponible dejó fuera muchas frases que lo hacían más discursivo y suave, con lo que el resultado final parece un razonamiento a uña de caballo".

Ese método de trabajo que aplicó Yago de la Cierva a su artículo es más propio de un memo que de un profesor siquiera sea de párvulos. ¡Menudo intelectual del Opus Dei debe ser el señor Yago de la Cierva, razonando a uña de caballo! ¡Qué atrevida es la ignorancia! Una duda que me planteé al leer el escrito de Yago de la Cierva. Ciertamente el autor material ha sido él, pero ¿no serán los autores intelectuales el Prelado del Opus Dei y el Hombre del Burofax?

Desconcertado







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20870