Qué cosa es la obra de monseñor Escriba.- Juan Marcos
Fecha Friday, 22 February 2013
Tema 115. Aspectos históricos


A primera vista la cosa parece un pueblo gobernado por sacerdotes, un pequeño pueblo, tribu o linaje que se siente rodeado por pueblos más grandes, de ahí vendría la "ansia de hijos" que la cosa comparte con gitanos y judíos. Pero no. Por desgracia para los miembros de la obra de monseñor Escriba, la obra no es una etnia, pues rompe los vínculos familiares. Y el "ansia de hijos" proclamado no es de forma natural como en judíos y gitanos, sino que se refiere al aumento de la clase de tropa, se refiere al aumento de la militancia.

Parece pero no, es pero no es. Esto es típico de la obra de monseñor Escriba. Parece un pueblo gobernado por sacerdotes, "mamlekeh kohanim wegoy qados", "reino de sacerdotes y nación santa", pero no, aunque podría evolucionar en esa dirección. Los monjes judíos, el monacato judío de los numerarios -que marca el comienzo de la obra de moseñor Escriba- no encaja en esta obra como no encajó en su tiempo; la obra final, por tanto, tal vez podría evolucionar hacia el encaje histórico en tiempos del Segundo Templo: judaísmo fariseo para los supernumerarios y judaísmo sacerdotal para los Jefes y mandos intermedios...

Así que lo más probable es que el monacato judío de los numerarios tienda a desaparecer como ya se ha comentado en estas páginas, y los numerarios se convertirán por un lado en seminaristas, candidatos a Sacerdotes del Segundo Templo y, por otro lado, en esclavos griegos para los colegios donde la pequeña burguesía compra aires de grandeza.

En una vida dedicada a la arqueología no había encontrado cosa igual. Primero hay una capa de humo y propaganda de colorines sin vergüenza y sin el menor atisbo de rubor, debajo de esa tonta humareda se esconde un tradicionalismo clasista y, cuando uno cree que ha entrado en Vetusta, ¡oh fascinante sorpresa! Aparece el Segundo Templo.

¿Qué hay de verdad bajo tanta y tanta ocultación? ¿Qué hay de verdad bajo tantas capas encubridoras envueltas en cortinas de humo de propaganda sin vergüenza? ¿Qué hay de verdad bajo la gigantesca obra de teatro de monseñor Escriba?

Pues, un culto al Jefe

En la obra de monseñor Escriba sólo hay una cosa sagrada: la obediencia.

"Si alguien le desobedece [si alguien desobedece al Sumo Sacerdote del Segundo Templo] será castigado como si hubiera cometido una impiedad contra el mismo Dios" (Flavio Josefo, "Contra Apión" II,194)

En la obra de monseñor Escriba sólo hay una cosa sagrada: la cadena de mando

Este pintoresco personaje que miraba con desdén a las mujeres, varón sensible, "miel de la Alcarria" que se derretía con un roce y "cupletista vanidosa" según sus propias palabras, se convirtió en un tremendo tirano con una insaciable sed de gloria y poder, creando un espectacular círculo vicioso con sus hijos entregados con cuerpo y alma a su Causa.

Y es arqueo-lógico que le enseñara a sus hijos e hijas que Dios era como él, un tirano caprichoso que no obedece a nada ni a nadie, y predicó que ellos, sus mulas y sus mulos tenían que construirle una Pirámide, y como corderos inocentes morir en el altar del sacrificio. Y una vez más en la historia se volvió a cumplir la dura realidad con la que se topó el Nazareno, las religiones las manipula el Arconte de las Tinieblas para convertir el culto al Dios de los cielos en el culto al Cabrón.

Ateos militantes de la peor especie cargados de fanática fe religiosa. Típico de los tenebrosos espíritus de los años 30 del siglo XX, el culto al Cabrón.

-¿Marques de Peralta?
-No, no, usted se confunde

Jefe del Comité Central del Partido
Sumo Sacerdote del Segundo Templo
Faraón de Egipto
Toro potente que amanece en Tebas
Estable manifestación de Ra

Juan Marcos

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