Hola.
Quisiera comentar el escrito del pasado miércoles de Oscarín, pues me resulta sorprendente.
En mis tiempos todo lo del opus dei era sagrado, y todos vivíamos sumergidos en una atmósfera hiper repetitiva. Todo lo del opus dei era importante, radical, sagrado. Y pasábamos grandes partes del día, de todos los días, bajo esa clase de ambiente.
Yo diría que era casi imposible vivir indiferente a todos los temas que se nos proponían como fundamentales. Era la obediencia o la destrucción del yo, pero no la indiferencia.
Aquello de la vida liberal que dice tener, pues suena más a algo satánico, alguien que conoce pero que como quiera lo hace.
Saludos.
Paiquito