Hace tiempo que no participaba pero al leer a enrique, no pude más que poner mi experiencia por escrito:

Enrique, como supernumerario no tienes idea de cómo se manejan las cosas entre tus directores y los que reciben tus “confidencias”.  Fui numeraria muchos años (27 ¿te bastan?) y recibí charlas de numerarias, de auxiliares, de agregadas y de supernumerarias durante todos esos años; fui de consejo local también muchos años e incluso trabajé en la Delegación y la Asesoría, por lo que lo que te voy a decir no me lo invento: es real y lo he vivido directamente...

Es verdad que te dicen que eres LIBRE de confesarte con quien quieras, pero la realidad es que cuando haces uso de esa libertad, empiezan a etiquetarte (ME CONSTA), y se avisa (ME CONSTA) que lo estás haciendo para que “averigüen” cuánto te está influyendo lo que te diga ese curita “de fuera” que pueda ir en contra del “espíritu”. Ahora que estoy fuera y me confieso con agustinos, jesuitas, párrocos diocesanos, etc., he experimentado la maravilla de ver que el Espíritu Santo es quién actúa. En cuanto a confesar cosas que no son ni pecado (cumplimiento de las normas) y que no te entenderían, estoy de acuerdo, pero la realidad de la confesión es mucho más rica y creo que el problema no es ese. En una ocasión hace muchos años, en la confesión un sacerdote numerario cuando yo le estaba explicando mi versión de una disputa que tuve con mi directora, él comenzó a decirme: “pues ella piensa que…” y en ese instante lo callé y le dije: “cómo se atreve a decirme lo que ella le comentó, si usted tiene sigilo sacramental y cómo me aseguro que esto que le digo no se lo dirá a ella! No vuelvo a confesarme con usted y esto no puede contarlo porque yo si se lo estoy diciendo dentro de la confesión”. Estoy cierta que no todos los sacerdotes son así, y que muchos cuidarán el sigilo sacramental o el secreto natural, pero es real que algunos SI comentan cosas con los directores.

"que deben contar sus pecados fuera de la confesión a quienes sus superiores establezcan”.

Dices que es DESVERGOSADAMENTE FALSO y te yo digo que es TOTALMENTE CIERTO. Pues se te recomienda que abras tu alma con una “sinceridad salvaje” y cuentes todo, para que se te pueda ayudar. Por favor, si yo misma lo hice, y recibí confidencias en que mis hermanas lo hacían constantemente. Di círculos y charlas sobre la sinceridad y la dirección espiritual. Y lo peor no es que tú lo cuentes, es que ellos lo cuentan a su vez.

Yo procuré durante toda mi vida, no “ventilar” el alma de mis hermanas ante las demás del consejo local, ni de las directoras, pero si fui “cómplice” de escuchar muchas veces lo que otras comentaban en las reuniones y los despachos (si no sabes qué es, te informo que periódicamente, dos veces al año, el consejo local se reúne con 2 directoras de la delegación y expone lo que le preocupa del centro, y en ocasiones “preocupan” personas concretas con “asuntos” concretos). Y también se que se informa cuando hay alguna cuestión que preocupa más. Te diré que tuve en mis manos un INFORME que habían escrito de mí y realmente fue para mí un gran disgusto: algo que yo había comentado de la intimidad de mi conciencia, estaba escrito ahí, 8 años después, ante una directora que en mi vida había platicado conmigo y me dolió mucho saber que hacían afirmaciones como: “Suele pasarle…” cuando yo sabía que, al menos aquel suceso ocurrió una sola vez. ¿Etiquetas? Si eso es lo que hacían… mandar informes o decirlo y en muchas ocasiones por escrito. No seas iluso: cuando hiciste la admisión, la oblación y si acaso la fidelidad o eres celador, HAY un informe ESCRITO -enviado con la anticipación correspondiente antes de cada una de esas ceremonias- archivado en las gavetas del vocal de san Gabriel de tu Delegación, en un folder con tu nombre completo.

Que pueden pedir consejo como lo haría un médico si tiene duda de cómo ayudarte, también es cierto pero muchos tienen la costumbre de comentar el nombre al pedir ese consejo. Esa era una práctica muy común en el opus durante muchos años, y también te diré que pienso que a raíz de demandas, el prelado mando decir (aproximadamente en 2009 en México, al menos), que se debía guardar la reserva de lo que escuchábamos en las confidencias y no podíamos comentarlo si no teníamos el permiso expreso del interesado. Una indicación que denotaba que se venía haciendo un manoseo de conciencias. Pero que directores con muchos años tienen esa costumbre muy arraigada y se les escapan todavía comentarios. Además mi informe, seguía ahí, junto con muchos otros, después de esa fecha (2009). Un exnumerario que fue director de una delegación, me comentó que uno de los factores que le ocasionó su crisis para dejar la obra, fue precisamente ser el vocal de san Miguel y recibir tantos datos de las confidencias de sus hermanos y en conciencia lo dijo a la propia delegación pero no le hacían mucho caso, y decidió no ser cómplice de aquello.

Enrique, si hay algo sagrado es la conciencia, donde tu estas a solas con Dios. Si no sueles contarle al laico tus pecados, sigue así, que realmente no tiene ningún caso que lo hagas, te doy la razón: donde se te perdonan y se te la gracia es en la confesión. También te digo que hay directores o numerarios más respetuosos y prudentes que otros.

Chale