Mira tú, el mundo está lleno de tantas diferencias!! Las hay por donde se mire. Hay a quienes nos encanta el Cantar de los Cantares y hay a quienes les parece una cursilería citarlo. Hay gente que se cree muy moderna y de la época pero se pasa unas navidades y un “resopón” navideño la mar de aburrido, (qué sucede, es que no saben disfrutar unas navidades como es debido?) y hay quienes nos entretenemos a morir en las navidades del mismo año. Por lo visto, somos tan diferentes las gentes de estas latitudes! Nosotras (puedo hablar en primera persona y decir yo, prefiero, si me lo permiten, hacerlo en plural) las sudamericanas sabemos sacarle partido a la vida, la vivimos plenamente, sin quejas y sin aburrimientos. Hay gente que se avergüenza de las palabras recogidas en las Sagradas Escrituras, cuando se deberían avergonzar, más bien, de sí mismas cuando su actuación deja mucho que desear...
Doy las gracias a quienes con buena fe rezan por mí porque lo necesito, de veras que lo necesito porque soy una pecadora, lo reconozco, y que no hago lo suficiente para agradar a mi Dios. Y ahora mismo le pido que me haga estar en la verdad, que lo único que busco es estar en la verdad y poder amarle con todo mi ser.
Pido perdón a todos los que se han sentido heridos con mis palabras, a quienes me han juzgado diciéndome que miento, a quienes se han sentido dañados porque tachan mi visión de ser cerrada y absolutista, a quienes sostienen que carezco de amplitud de miras yo les digo que intentaré no dar esa visión tan aborrecedora.
Perdono, y rezo por ellos, a quienes detractan al Opus Dei diciendo que su Catecismo no debería existir porque desvirtúa al único Catecismo que existe que es el de la Iglesia Católica. Amo el catecismo de la Iglesia Católica, amo el Evangelio como amo a Jesús su Autor. Eso no me impide manifestar que amo el Catecismo de la Obra como amo a su autor, como amo a la Obra que es de Dios y como amo a su santo Fundador. Considero que la Iglesia es muy rica en posibilidades (que nos llevan al cielo) que nos regala a manos llenas, de continuo, posibilidades como son la Eucaristía, la Comunión de los Santos, los Sacramentos, la vida de tantas personas santas. Otra de esas posibilidades, que para mí es un regalazo, es el Opus Dei. No puedo escribir lo contrario a lo que acabo de decir porque estaría yendo contra mis principios. Me tiene sin cuidado, si al expresar mis sentimientos me tachan de uniformizada, cursi, no acorde al siglo XXI o que hablo igual a tal o cual personaje, me tiene absolutamente sin cuidado aunque sólo yo sepa que lo que manifiesto responde a mis sentimientos verdaderos, libres y auténticos.
Quiero aclarar algo respecto a la dirección espiritual. Aprendí desde mis primeros años en la Obra que la dirección espiritual de las almas la lleva el sacerdote. Expresamente se me aclaró desde un comienzo que la dirección espiritual NO la imparte un laico. Veo que el concepto de dirigir almas, algunos, de buena fe o de mala fe, eso no lo sé, lo han ampliado a cuando se hace la charla fraterna, es decir mantienen una postura equivocada al afirmar que el laico que lleva una confidencia fraterna está impartiendo dirección espiritual, cuando no es así. La persona que escucha la charla confidencial de otra persona, un hermano/a suyo/a, lo hace en plan de consejo u orientación para el mejor desempeño apostólico, del cumplimiento de las Normas y de identificarse con el espíritu de la Obra del interesado, pero NUNCA escucharán los pecados ni mucho menos se les ocurrirá impartir una bendición que perdone tales pecados o faltas porque esto último sí corresponde al sacerdote. Espero no tener que dar más explicaciones a quienes de mala fe o buena fe, eso no lo sé, se empeñan en desfigurar lo que en el Opus Dei se vive.
A los que piensan que porque pertenezco al Opus Dei vivo en una burbuja, alejada de la realidad y aunque haya testimonios de “ex” que afirman que cuando estaban en el Opus Dei vivían en una burbuja, alejados de la realidad les digo que NO es mi caso. Estoy tan en la realidad como muchos otros, aunque afirmen lo contrario. En fin, a los que han salido de la Obra hace pocos o muchos años y se sienten con el derecho de manipular y retorcer el espíritu verdadero del Opus Dei, les sugiero que dejen de hacerlo, pues se están metiendo con el mismo Dios, porque, lo digo una vez más y me apena porque sé que levantará ampollas y dolerá, la OBRA ES DE DIOS, quieran o no admitirlo. Porque no lo admitan no quiere decir que deje de serlo. Porque no lo quieran ver no quiere decir que no lo sea. Gracias Pechina por tus bendiciones y por tu deseo de que Dios me de luces porque las necesito.
Seguiré escribiendo y con esto creo que termino mi documentación dirigida a Opuslibros durante estos días. Quiero reiterar lo que dije en algún correo. Yo agradezco a Opuslibros porque los testimonios que he leído durante tantos años me han ayudado a darme cuenta que en todas partes “se cuecen habas” en unos sitios más y en otros quizás menos, pero en todos lados es igual. Me han abierto los ojos y me he puesto en guardia para que lo que se escribe acerca del mal trato de las directoras/es de la Obra respecto a sus “súbditos” no se dé en mi persona. Me han llevado a reflexionar mucho y darme cuenta de que el ser humano se equivoca tantas veces. Han contribuido a llenarme de valentía para actuar siempre en conciencia y decir lo que me parece acerca de la actuación de las personas de la Obra. Si me han hecho caso o no, me tiene sin cuidado, no voy a luchar contra algo que excede mis posibilidades pero por lo menos siento que me he “salvado” yo y quizás he contribuido, en mayor o menor magnitud, a que otros también se “salven”. En cuanto a los escritos que rezuman odio (porque los hay) y rencor, comprendo a quienes los escriben y trato de rezar y pedir a Dios que perdone a las personas que hicieron sufrir y que perdone también el odio y el rencor.
Para mí ésa es la realidad de Opuslibros, la ayuda que de una u otra forma pueda prestar a quienes leemos sus escritos. Esto no quiere decir que estoy de acuerdo con todo lo que aparece por ahí, estaría loca!
Una cosa que no quiero dejar de decir es que considero inútil el objetivo de pretender que la santa Sede intervenga para que el Opus Dei desaparezca. Considero que no tiene pies ni cabeza, estamos hablando de una Institución aprobada por la Iglesia Católica cuyo fundador ha sido elevado a los altares, lo digo previendo un rechinar de dientes, ya lo siento pero es una realidad innegable. Hay muchos años de estudio, de intervención de teólogos y letrados en el asunto para la aprobación de la erección de la Prelatura Opus Dei. Por otro lado es innegable la madurez que la Obra ha ido adquiriendo con el correr de los años, madurez que ha proporcionado cambios significativos -no en lo esencial-, como puede ser la libertad de sus miembros en materia laboral. Lo digo porque yo lo he experimentado. Hace unos años no había la libertad que hay ahora y sobre todo el apoyo a esa libertad por parte de quienes dirigen. No es que antes no hubiese libertad, sí la había pero en la práctica estaba muy restringida debido a la falta de experiencia y necesidades de una Obra que estaba en sus primeros 20 o 30 años de existencia, repito, la Obra ha ido adquiriendo madurez en este aspecto y en otros muchos más. Por eso sonrío cuando leo que se escriben los mismos hechos de hace 20, 30 o 40 y hasta 50 años atrás, como si fuesen actuales. Hago un inciso y con esto termino. Comenté en un correo que cada año al finalizar el año tengo entre mis manos el plan de cursos anuales del año siguiente y se me da la opción de escoger el que más me convenga (no estoy “atada” a ninguno en especial como puede ser un semestre de estudios ya que hace muchos años terminé los estudios institucionales de la Prelatura) por razones de trabajo profesional. En Opuslibros se me tachó, sarcásticamente, de numeraria VIP por este hecho. He de aclarar que esta posibilidad la tienen todas las numerarias que hemos terminado los estudios y por lo tanto no estamos “atadas” a ninguna fecha en especial para hacer el curso anual. Lo mismo sucede, me imagino, con las agregadas y de hecho, con las supernumerarias.
Por último, considero que Agustina hace una buena labor porque la web, en mi opinión, sirve para aliviar a muchas personas que por tal o cual motivo se separaron de la Obra, aliviarlas del trauma y sufrimiento que conlleva dejar una vocación.
Les doy un fuerte abrazo a todos
Calandria
