Queridísima Calandria: no puedo dejar de leer tus escritos carentes de toda verdad. En ellos se refleja claramente el espíritu del Opus Dei: “el poder y el prestigio de la Institución antes que la verdad” es curioso como la “marca de la casa” es negar, negar y negar cualquier desacorde a vuestra monolítica versión y a vuestra endogámica visión. Fíjate como tú niegas. Fíjate como el director de Gaztelueta niega. Fíjate como el presunto profesor implicado en los abusos sexuales, niega. Pero nunca contestáis con argumentos y eso me hace pensar que realmente: NO LOS TENÉIS. Os limitáis a negar y a decir: “no puedo estar de acuerdo” (aún retumban en mis oídos las palabras de un “director” que me contestó exactamente igual a mis interpelaciones)...
Hace unos días (en tu respuesta a varios del 21/12/2012) me contestabas que en cierto modo te daba pena mi escrito pues me decías que se notaba que había sufrido en la Obra: ¡Y no sabes bien cómo! ¡Y sigo sufriendo! Gracias por rezar por mí. Eso nunca está de más. En realidad pero, si me permites seré yo quien rece por ti pues de verdad que lo necesitas y mucho. Me dices que esta actitud me daña. Puede que si, no te lo voy a negar, pero me daña muchísimo más tu negativa a abrir tu corazón a la verdad. Tu desprecio. Tu falta de coherencia, tu endemismo. Me daña tu visión cerrada y absolutista que en ningún caso puede ser fruto de una “Obra de Dios”. Me daña que me digas que me expreso de forma dura cuando en realidad lo único que hago es ser fiel a la verdad, teniendo en cuenta que de verdad sólo hay una, no es subjetiva. Si la verdad admite varias opciones es que no es la verdad.
¿Sabes por qué sigo sufriendo? Porque personas como tu no tienen una amplitud de miras que incluya la heterogeneidad, ya que ésta es enriquecedora. Os movéis de forma clónica. Habláis de forma clónica, teledirigidos, sin criterio propio. Os han anulado casi la totalidad de vuestra libertad, de vuestros sentimientos, de vuestro amor. Habéis anulado el espíritu de familia en los numerari@s. El espíritu de LA Familia. No hablo de esto a lo que vosotros llamáis familia en la Obra y que es algo totalmente artificial. Familia sólo hay una y lo demás son monerías. La Obra no es ninguna familia. En la familia, los miembros se quieren. Y quererse representa dar y recibir, dejarse corregir con amor, respetarse, amarse, ayudarse, hacer que prevalezca siempre el amor y la caridad antes que aquello que llamáis normas y que, tal como lo explicas, muchas veces pasan por delante de la caridad - así lo afirmas - . Eso querida Calandria es farisaico. Nunca la caridad debe quedar en segundo plano. Nunca. Y fíjate en un detalle de tu escritura en tu último envío: escribes Normas en mayúscula y caridad en minúscula. Eso ya dice casi todo de como vivís esa virtud.
Hablas, Calandria, de como en la Obra llamáis nuestro Padre y Padre y lo intentas justificar con lo que dice el Catecismo del Opus Dei. Mira, para empezar te diré que ese catecismo no debería ni existir pues desvirtúa el único y necesario catecismo de la Iglesia católica. Y te diré más, con él intentáis justificar multitud de actitudes injustificables como si la mera presencia de tal escrito fuera motivo para avalar verdades. Cuando sabes bien que eso no es así. Acude más bien al mejor catecismo: EL EVANGELIO. Y no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. (Mt, 23:9) Bolter no está en ningún error. No hay que tener este grado de veneración al fundador. No hace falta llamar Padre a nadie en la tierra y si hubiera que hacerlo, sería al padre biológico al cual se le debe honra, según el cuarto mandamiento. ¿te fijas Calandria? Yo te hablo de evangelio y mandamientos mientras que tú me hablas de la Obra, la Obra, la Obra como un sucedáneo de la Iglesia. Y la Obra, querida no es más que un camino que os puede ir bien a algunos pero en el que ¡OJO, no debéis desviaros de la verdadera Iglesia!
Cuando dices que desconoces el término Pastoral vocacional te estás sentenciando. Verás, este término es universal dentro de la Iglesia. Si lo desconoces es un buen indicativo y demostrativo de que estás muy lejos de la verdadera Iglesia, ya que pastoral vocacional lleva en uso varias décadas. Jesús era pastor. No conozco que se hable de proselitismo en los evangelios, aunque si se habla en las cartas de San Pablo (prosélitos). Este término no se usa en la Conferencia Episcopal exclusivamente. Es término de uso común en cualquier diócesis, en cualquier orden religiosa. En realidad se usa hasta para indicar la formación que recibe un cristiano cuando elige profesión. ¡Qué lejos estás de la iglesia!
Mira Calandria te voy a preguntar algo directamente y con tu libertad, si quieres, me respondes: ¿Por qué NUNCA he odio a nadie de la Obra reconocer que se equivoca?
Es curioso como a partir del punto 6 del escrito de Bolter te limitas a decir (como es costumbre) que no estás de acuerdo. ¿A caso es que no sabes que vuestra dirección espiritual no es eclesialmente admitida? Sabrás perfectamente (porque si no lo sabes eso es de gravedad) que nadie, NADIE, ni el superior de una comunidad religiosa puede ser director espiritual si no ha recibido el sacramento del orden. Y no digas que en la Obra la dirección espiritual es compartida: eso no es cierto. Usáis (y pido disculpas por la palabra) al sacerdote para la confesión y parte de charla que no se encuadra en ningún sitio y al “director” para aquello que habéis dado en bautizar como charla fraterna (antes confidencia) a la que llamáis libre. Mira Calandria, siento decirte que ningún numerario tiene gracia de estado alguna, pues su estado no es el de una persona que ha recibido las gracias santificantes de los sacramentos. Y las gracias actuales las tenemos todos en virtud de ser cristianos. Por lo tanto, no podemos admitir que exista esta clara desviación y esa mentira en cuanto a la gracia de estado. Quien dirige no es la Obra. La Obra si dirige lo hace en boca de alguien que debería tener un sacramento del orden y los numerarios tenéis menos sacramentos que una persona que ha recibido matrimonio.
Ya sé que, en caso de que te dignes contestarme, te limitarás a decir: no puedo estar de acuerdo. Eres libre, según dices. Puedes contestar o no, puedes escribir o no. Pero por favor, no faltes a la verdad. Te recuerdo las palabras de Calendario del pasado 09/01/2013: pero no conocía la verdadera libertad ni el verdadero cariño. "Vivía" bien, feliz, pero en una burbuja donde desconocía la realidad, creía que era feliz pero vivía engañada.
Calandria: No puedo creer en una organización que impide que un hijo visite a su familia en la Navidad. No. Eso no es cristiano. No puedo creer en una organización que empastilla a más del 60% de sus miembros en aras a una fidelidad vocacional. Cuando algo hay que forzarlo con fármacos, mal andamos. No puedo creer en una organización que prohíbe las amistades particulares.
En palabras de Karanka: No hay que ‘meter’ a Dios en la jornada, porque Dios ya está allí: la gracia y lo divertido es cambiar la forma de mirar para ver cómo Él ilumina las cosas, las horas, las personas con las que tratas, los acontecimientos... Es, verdaderamente, Dios que te sale al encuentro... Te aconsejo Calandria que leas esta aportación.
Terminaré no sin dejar de decirte algo más referente a vuestra uniformidad. Acabas tu escrito con unas citas del Cantar de los Cantares: “… imponente como escuadrones en orden de batalla” Curioso acuerdo el que concedes para describir a al Obra y con el que concuerdo totalmente contigo: consideráis a la Obra como un ejército porque en la Obra sois militaroides. Os gusta el orden cerrado y la orden incontestada. Os gusta el dirigismo. Y si os gusta es un buen termómetro para saber cual es el estado de vuestra libertad, el estado de vuestra espontaneidad. Con ello demostráis que os falta el espíritu crítico para crecer ya que os acogéis a “algo” cerrado que os hace incapaces de andar por vosotros mismos sin depender de la orden superior. Os gusta la batalla. Os han preparado para ella, no para el diálogo constructivo. Os gusta la grandiosidad de la cantidad y menospreciáis el detalle de la calidad personal que, así, queda anulada.
Dios te bendiga y te de luz
Pechina
