Calandria:

soy numerario de verdad. El hecho de que de vez en cuando alguien de aop [Apostolado de la opinión pública] se haga pasar por ex-numerario-feliz no significa que en esta web haga falta hacer lo contrario. Llevo casi tantos años como tú en la Obra y no hablo por hablar, digo lo que sé y lo que he visto, y si algo no es verdad me callo la boca. No quiero dañar a la Obra pero tampoco ser un cómplice, ya no, demasiadas veces lo he sido. He tenido cargos y encargos suficientes como para saber bien, desde dentro, lo que ocurre y lo que no. No me estimules a hablar porque si empiezo a dar nombres y a contar anécdotas voy a formar un lío que no deseo.

Escribes para que gente que no sabe lo que es la Obra tenga la impresión de que hay otra versión, pero lo cierto es que lo que dices no puede convencer a los que estamos dentro ni a los que han estado y por tanto conocen la realidad de lo que hay.

¿Que te doy lástima? Quizás. Desde luego a mí me da lástima ver en lo que se ha convertido mi vida. Lo reconozco, no es lo que yo deseé ni el motivo por el que entregué mi vida. ¿Por qué no me voy? Quizás llegue ese momento. Tengo razones para actuar como lo hago.

Es cierto lo que dices y haber actuado mal no da la felicidad verdadera. Quizás en vez de felicidad tendría que haber dicho satisfacción. Sí, una cierta satisfacción por haber cumplido unos objetivos. Conozco demasiados casos de directores y sacerdotes que han vivido del cuento y se han sentido admirados y tratados como si fueran gente especial. ¡Sinvergüenzas! Recuerdo haber comido en Delegación una comida exquisita un día de diario, acompañada por un vino excelente en una casa magnífica. Hablo de lo que sé, entiendo del tema y sé lo que cuestan las cosas, no soy un pobretón escandalizado y deslumbrado por cualquier cosa porque, por razones familiares, he vivido con lujo y sé reconocerlo. ¿Que la sede de la Delegación es para "representación"? ¡Mentira! ¿Ante quién? ¡Allí no va nadie de fuera! ¡Es para ellos! ¡Vaya vida que se dan algunos! La mayoría de ellos en la vida normal serían unos muertos de hambre. ¡Granujas! No quiero seguir con eso. Quizás otro día.

¿Que mis hermanos numerarios se estarán desviviendo para que yo sea realmente feliz? ¿Tan ciego voy a estar? Sé de sobra quién sí y quién no; quién se aprovecha de la fraternidad de los demás y quién aporta algo. ¿Voy a estar ciego? ¿Qué queda de esa fraternidad que nos conquistó y nos animó a pitar? ¡Por favor! Si yo te contara lo que veo cada día...

Y no me vengas a decir lo que son los aspirantes. He hablado con ellos y sé lo que se les dice. Yo mismo he recordado que es un tiempo de discernimiento y he sido duramente tratado por comentarlo delante de los adscritos. Una cosa es lo que se nos dice en los centros de mayores y otra lo que se les dice a ellos. He visto hablar para pitar a chiquillos de 13 años, insistiéndoles hasta la madrugada... fue en una excursión.

Creo que es mejor que no me estimules a contestar a tus escritos pues no deseo dejar en mal lugar a la Obra: de eso se encargan los Directores. No quiero dar muchos datos y nombres porque se acabaría sabiendo quién soy y, de momento, no tengo pensado irme aunque todo podría ser; pero podría contarte cosas concretas de sacerdotes y Directores que te harían estremecer. Dejemos las cosas como están y vamos a intentar arreglar algo de lo que ocurre, evitar que se haga daño a la gente y buscar la forma de que los de Casa que han entregado su vida por amor a Dios encuentren ese amor y extiendan el reinado de Cristo; ése es el ideal que nos llevó a todos a pitar y el que hay que mantener, sin chorradas, controles, prohibiciones no autorizadas por la Iglesia, rigideces tontas, etc.

¡Ah! Una cosa más. Es importante. No olvides que la felicidad no produce depresión. No vengas a decirme que la gente de la Obra es feliz. El escandaloso número de enfermedades mentales y abandonos de la vocación que hay en la Obra (verdadero record en la historia de la Iglesia) tendría que hacer reflexionar a los directores y llevarles a poner los medios para solucionar esto, en vez de negar la evidencia. Sí, ya sé que la depresión es una enfermedad que se puede presentar en cualquiera, pero... ¿tanta gente? ¿Y los abandonos? ¿Qué causa les ves? ¡Venga ya! Vamos a ser serios y a darle a las cosas la importancia que tienen. Calandria, sabes de lo que hablo, se trata de resolver los problemas, no de negarlos.

Vale, no quiero seguir ni dar datos concretos porque alguno se va a dar cuenta de quién soy. Si me voy de la Obra no podré ayudar desde fuera.

Felices fiestas a todos y feliz Año Nuevo.

Solans.