Una cosa que aprendí en esta larga discusión sobre la fe y la iglesia, es que el Opus Dei es bueno, los que estamos mal somos nosotros, que somos todos unos traidores desagradecidos.
Veamos: para empezar, Dios nos dijo claro cuando pitamos que teníamos vocación a la obra. Dios en la oración mental realmente nos habla (no es un mito, como yo pensaba, sino que realmente Dios nos habla). Dado que a nadie se le deja pitar si no lo ha visto claro en la oración, se concluye con total certeza que todos escribimos la carta porque Dios fue el que nos dijo que lo hiciéramos...
Lo que dicen algunos de que es un disparate que se presione a chicos de 14 años a comprometerse por toda la vida, no puede ser tan malo. Porque si la iglesia lo hizo toda la vida (San Escrivá por ejemplo entró al seminario con 15 años, que era lo normal en su época) y la iglesia tiene la asistencia del Espíritu Santo, no puede estar tan mal que a adolescentes inmaduros les hagan comprometerse bajo presión. Así que los directores que nos presionaron para entrar al Opus hicieron bien, máxime que Dios les dijo a su vez a ellos en la oración, que nosotros teníamos vocacion.
Lo del plano inclinado, de irnos diciendo las cosas de a poco, en lugar de explicarnos bien de entrada en qué nos metíamos, ahora descubro que también estuvo bien. Porque resulta que cuando uno lee la Biblia y los documentos de la iglesia, en realidad la cosa no es tan sencilla como parece. Cuando dice que Dios creo al mundo en 6 días, y que Adán y la serpiente, y la manzana, en realidad no significa que fueron 6 días, ni que Dios descansó, ni que el sábado es el día del Señor, ni siquiera que Adán era un ser humano concreto. Y cuando a Moisés Yavé le dio 10 mandamientos numerados y claramente especificados, en realidad esos no eran los números, ni siquiera los mandamientos, sino que la iglesia vino después y aclaró qué era lo que Dios dice que debemos hacer. Y cuando Pio XII sacó la encíclica Humani Generis y dijo que lo del poligenismo no corría, en realidad no decía exactamente eso, o la encíclica no era ex cátedra, o no me acuerdo qué. En definitiva: que necesitamos que la gente elegida por Dios nos guíe y nos diga lo que tenemos que creer y lo que tenemos que hacer, porque Dios así quiere las cosas. En lugar de poner todo claro a la vista, de modo que todos puedan ir e informarse por su cuenta, Dios quiere que la verdad nos llegue a través de sus iluminados, que son los que realmente saben y entienden de estas cosas y nos pueden guiar.
Por eso cuando San Escrivá decía que la obra era de Dios, y que él no inventó nada, decía la verdad. Y si a alguien le parece que Escrivá era un narcisista manipulador, lo que pasa es que Dios escribe derecho con renglones torcidos. No importa que las cosas que decía Escrivá eran absurdas y contradictorias, son cosas que no hay que analizarlas con lógica, sino que se entienden por la fe. La lógica no es la única forma de conocimiento o de llegar a la verdad. Si alguien aquí no está de acuerdo con San Escrivá, es que no tiene fe.
Y cuando en la obra reescriben la historia, exageran o inventan lo que no fue, hacen bien, porque eso es lo que siempre se hizo en la iglesia y está bien hecho. Qué importa si las genealogías de Jesucristo eran verdaderas o truchas, o si el marquesado de Peralta le correspondía a Escrivá o si hizo bien en cambiarse el nombre para que suene mas cool y aristocrático? Qué importa si los mandamientos estaban numerados del 1 al 10 o del 11 al 20 o si mandaban no tener malos pensamientos o no usar imágenes en el culto? Qué importa si Escrivá visitaba a los pobres o los veía sólo en fotos? Si al final resulta que Escrivá no visitaba a los pobres o Jesús no era descendiente de David, eso no prueba nada.
Y cuando en la obra se enseñan prácticas y costumbres que son lo opuesto de lo que enseñaba Jesucristo, también está bien, porque Jesucristo decía que él no venía a cambiar nada de lo que mandó Moisés, y al final cambió todo. Y si no lo cambió él, lo cambió la iglesia, que al final de cuentas es lo mismo, porque el fue él quien la fundó y le entregó las llaves.
A mí me ayudó mucho este debate, pese a que algunos dicen que están hartos de tanta teología y discusiones sobre la fe. Yo ahora entiendo por qué el Opus es bueno y Escrivá un santo. Nunca lo tuve tan claro.
Atomito
