Queridísima Agustina:
He leído con suma atención el escrito del viernes de Alberto Moncada, y me he quedado con el ojo cuadrado porque en México ha pasado algo similar. De hecho, esperaba que fuera algún otro ex-opus mexicano quien contara el caso del numerario pederasta en el Colegio Cedros Sur. Veo que ninguno se ha animado a hacerlo y lo haré yo lo mejor que pueda.
Durante muchos años en el colegio Cedros, trabajó un numerario que comenzó como maestro de religión y preceptor, y terminó con el puesto de "Secretario General" del colegio, cargo que sustentó durante diez o doce años por lo menos. Entre sus ocupaciones estaba el acompañar a los niños a los campamentos anuales a los que tienen que asistir todos los alumnos con su clase. Era toda una tradición que este hombre les contara historias de terror a los niños en la noche. Un buen día hace no mucho, uno de los alumnos se asustó mucho con el cuento, y se lo dijo a este numerario que se había ganado "a pulso" la confianza de padres de familia, alumnos y profesores, y el numerario le dijo que no se preocupara, que si tenía tanto temor, podía dormir con él esa noche y que lo cuidaría. Al regresar ese grupo del campamento, la criatura le contó a sus padres una historia de verdadero terror, e inmediatamente se dirigieron a la escuela a denunciar una situación de abuso sexual.
Se debieron llevar un disgusto aún peor cuando los directivos de la escuela alegaron que esas acusaciones eran completamente falsas y que el niño estaba inventando cuentos. Incluso llegaron a decirles a los padres que eran unos inocentes (por no decir estúpidos) al creer las alucinaciones de su hijo -que no tiene nada de extraño, porque es el 'opus-way' de hacer las cosas-. Curiosamente, el numerario fue enviado al otro extremo de la ciudad a atender un centro de mayores o algo por el estilo. No pudieron enviarlo fuera ya que lleva un tratamiento médico debido a una enfermedad crónica-.
Obviamente los padres de la victima denunciaron ante las autoridades judiciales el hecho y por supuesto que la cosa está estancada porque el opus, con sus tentáculos de pulpo han metido mano en el proceso para hacerlo lento y complicado. Es de hacer notar, que éste mismo individuo (el pederasta), fue director del Club Drakkar y siempre tuvo contacto con niños. Pero es para entrar en pánico cuando se sabe, que quien los sustituyó en el cargo de director del club, fue un numerario con una fortísima tendencia homosexual. Que quede clarísimo, que para nada critico ni tengo absolutamente nada en contra de las personas con preferencias sexuales distintas a las mías. Pero sí me parece una barbaridad que pongan a dirigir un club de chicos a una persona con estas características, ya que el opus es exageradamente 'tiquismiquis' con los temas de la sexualidad, -tal y como ya se ha debatido ampliamente en ésta web-. Es tan absurdo como poner a un joven guapo y fogoso a atender un centro de chicas de san Rafael. Es decir, no comprendo cómo los geniales directores del opus, no se han puesto a pensar que pusieron a dos numerarios en terrible peligro tanto para los chicos que trataban como para ellos. Porque a mi que no me vengan a contar la trola de que los dires no sabían nada de las tendencias sexuales de estos hombres. Vaya, para decirlo más claro, pusieron a la zorra a cuidar el gallinero. Desde mi punto de vista, los homosexuales no necesariamente tienen que ser unos sátiros, ni pervertidos ni pederastas, como tampoco lo tienen que ser necesariamente los heterosexuales. Pero sabiendo las frustraciones sexuales en el opus dei, lugar en el que nadie tiene una sexualidad normal, ni saludable ni nada, es inverosímil exigirle a nadie que actúe de manera normal ante el objeto de su deseo.
Ojalá y se tomen las medidas necesarias para que esto no suceda nunca, pero algo me dice que en este tema las cosas en el opus van a seguir como siempre: echándole la culpa al otro de lo que les salió mal a ellos.
Un abrazo lleno de cariño.
Salypimienta.
