De pescadores y selectos. Tertulia con Ramon.- Dionisio
Fecha Friday, 30 November 2012
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Querido amigo Ramón,

Gracias por tus certeros comentarios. Me ha gustado mucho lo de Juan Masia. La tertulia, como dices bien esta muy interesante. No es de aquellas en las que el personal se quedaba dormido. Entre todos estamos completando el cuadro que nos permita conocer mejor lo que ha influido e influye tanto en nuestras vidas, tanto en el lado oscuro, como después. Involucra cosas vitales.

Me gustaría comentar lo de los pescadores, los primeros elegidos, el grupo duro de los apóstoles. Seguramente muchos de vosotros habréis tenido la oportunidad de conocer de cerca pescadores artesanales, como San Pedro y sus condiscípulos. No se si habréis aprovechado la oportunidad para acercaros a ellos, conversar, ver como viven, que les preocupa, que quieren, que temen… en fin, conocerles. Yo he disfrutado ese tipo de conocimiento y me ha maravillado que Jesús hubiera elegido a hombres así (muy respetables y honrados, pero con poco curriculum) para fundar nada menos que una iglesia universal.  

La respuesta a mi asombro usualmente se resolvía en aceptar que Dios elige instrumentos torpes y desproporcionados para exhibir el poder de su Providencia. Cosa que a Escriba le gustaba decir, no sé si era un pensamiento original suyo, pero seguramente esa era la influencia que movía mi pensamiento. Es algo así como lo que dicen que predicaba aquel cura vasco: “Fijaos, hijos míos, la gran humildad de Dios, que habiendo podido nacer en Bilbao, eligió nacer en Belén.” Pues lo mismo, que fantástico es el poder de Dios, que habiendo podido elegir para fundar la iglesia gente del IESE, tan bien preparada para dirigir organizaciones, quiso llamar a unos pescadores. Es difícil, quizá imposible, rebatir este argumento.

Un punto débil del argumento es que pocas veces Dios ha vuelto a repetir ese tipo de elecciones. Cuando ha querido buscar doctores para la iglesia no los ha buscado entre los esclavos analfabetos, sino entre gente bien instruida, y generalmente con una buena posición socioeconómica que permite tal grado de instrucción. Recordemos los casos de San Agustín, San Ambrosio, San Gregorio Magno, por citar solo unos poquitos. Cuando ha querido buscar obispos y papas, generalmente ha preferido ir por lo seguro, seleccionando buenos candidatos entre prestigiosos líderes. Raras han sido las veces, y siempre en la antigüedad, en que los elegidos para puestos de gobierno en la iglesia aparecían casi de la nada, desde una playa olvidada oliendo a pescado, desde una parroquia perdida en un valle sin importancia, o desde el fondo de una mina, o desde una leprosería dejada de la mano de Dios.

¿Qué ha pasado? ¿Se arrepintió Dios de su audacia eligiendo pescadores y se fue por lo seguro? ¿Qué clase de organización tuvo Jesús en mente cuando eligió a San Pedro? No son preguntas retóricas. Les doy vueltas, pero ya estoy demasiado cansado.

A los muchos recién llegados a la tertulia me gustaría decirles algo. Todos dicen cosas que merecen comentarios, pero hoy estoy agotado. Otro día será.

Dionisio, desde el Areópago con mucho amor.









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